Los 1.500 profesores contratados este curso para reforzar las clases en los colegios e institutos de la Región de Murcia como medida extraordinaria por la situación derivada de la pandemia han supuesto un desahogo para los centros educativos. La Consejería de Educación todavía no ha decidido si mantener o no este refuerzo para el próximo curso 2021/2022 pero la práctica totalidad de la comunidad educativa, e incluso la ministra de Educación, Isabel Celaá, piden que así sea.

La prueba está hecha. La reducción de alumnos por clase ha funcionado para obtener una mejor calidad educativa y una atención individualizada como nunca antes se había vivido. Pero esta situación ha venido forzada por la semipresecialidad en un 20 o un 50% de estudiantes menos por aula y no por una bajada de la ratio en las clases definitiva.

No parece que la Administración regional esté dispuesta a asumir el desembolso que supondría esta medida o la contratación de más profesores con el aumento de plazas en los centros, y a día de hoy Educación condiciona el ‘refuerzo covid’ en los colegios e institutos el próximo curso a los fondos estatales que puedan llegar este año por la pandemia.

«El refuerzo covid es indispensable, es necesario. Estoy liberando a muchos compañeros de la carga de trabajo que tienen», señala David García, maestro de apoyo en el colegio Escultor Salzillo de San Ginés (Murcia). Centrado en las clases de Educación Física y Pedagogía Terapéutica, García ha colaborado en la atención a los alumnos que mantenían un día de clases online a la semana hasta principios de mayo. Por otra parte, ha visto reforzada también la atención a la diversidad con unas clases más personalizadas para aquellos alumnos con necesidades educativas específicas. «Podemos dedicarles más horas».

El curso de la pandemia ha enseñado a los docentes de refuerzo y a los profesores de los centros que la reducción de aforo en las aulas es necesaria aunque no siempre el apoyo extra ha sido suficiente. «Faltan medios y no todos los departamentos tienen un ‘docente covid’», remarca Juanma Asensio, interino cuatro años y profesor de Física y Química en el IES Jiménez de la Espada de Cartagena, y también refuerzo por la pandemia: «He ayudado ocupándome de guardias, de controlar las entradas y salidas escalonadas del centro y se nota que con 17 alumnos por clase la calidad docente educativa mejora, les puedes prestar más atención».

Laura Saorín y Benjamín Alcaraz, maestros de apoyo en el colegio Pedro Cano de El Palmar (Murcia) señalan que sin desdobles en los grupos, el volumen de alumnos por aula y la distancia entre ellos sería inasumible. «Nuestra labor es fundamental», señalan los dos, que se han encargado también de sustituir a los compañeros en cuarentena o positivos en más de una ocasión.

Elia Muñoz, profesora de refuerzo en un colegio concertado de Murcia, ha sido titular de varias asignaturas y ahora descarga de trabajo a su jefa de estudios y directora para que puedan continuar con otras tareas: «Noto que mi labor es necesaria, y creo que el final de todo esto debería traducirse en un aumento de las plazas para los profesores».

Con recelo

Los docentes de refuerzo consultados se muestran recelosos al ver el silencio del Gobierno regional sobre si mantener o no este perfil de apoyo en las aulas. Les encantaría mantener su puesto el año que viene por la experiencia que ha supuesto para ellos aunque conocen los procedimientos con las listas de interinos, sumado a que de por medio están las oposiciones de Secundaria.