El stand de la Región de Murcia brilló en Fitur, en el primer día de feria destinada al público en general. Durante la jornada del viernes y el sábado, más de una veintena de municipios presentaron sus ofertas turísticas, adaptadas a la nueva normalidad y con el doble objetivo de reactivar el sector y convertirse en atractivos turísticos adaptados a las nuevas exigencias del público, por la covid.

Caravaca de la Cruz, por ejemplo, presentó la edición número 40 de su Semana del Teatro, uno de los festivales de su género más antiguos de la Región de Murcia. Para conmemorar esta cifra redonda, y tras la suspensión de 2020, la cita cultural regresa con varias novedades: logotipo propio, presencia en redes sociales con y una programación reforzada, además de volver a la plaza de toros, al aire libre, para garantizar la seguridad de asistentes y participantes. Esta edición contará con autores clásicos y actuales y actores de renombre como Fernando Cayo, Carlos Sobera, Neus Asensi, Elisa Matilla o Gabino Diego. Entre los espectáculos hay un musical de Bernarda Alba que por primera vez llega a nuestro país con su versión en español, así como obras contemporáneas, de humor o misterio.

Por otro lado, Cehegín profundizó en esta edición en mostrar que en el municipio se pueden encontrar unas opciones de cultura y de naturaleza que no dejarán indiferente al visitante. Arquitectura, arte, historia, naturaleza, fauna, flora, gastronomía y deporte, son conceptos arraigados en esta población murciana.

También pasaron por la feria de Madrid otros municipios como Calasparra, que presentó su rutas por los arrozales, Blanca, Cieza o las localidades costeras de Mazarrón y San Pedro del Pinatar.

Destaca la Noche de los Tambores de Mula, en el año más intenso para lograr su declaración de Interés Turístico Internacional, que se lució en Fitur.

El alcalde de la localidad, Juan Jesús Moreno, fue el encargado de presentar en el stand de la Región este festejo, que «no es una fiesta más sino el sentir y la tradición más arraigada de todos los muleños», destacó.

El regidor hizo el mismo ritual que siguen los tamboristas en su camino a la plaza del Ayuntamiento, ataviados con sus túnicas negras y sus tambores para esperar la llegada de la media noche y, al son de la llamada a la tamborada, hacer tronar los tambores al unísono. Se trata de un festejo para mujeres, hombres y niños, que se transmite de padres a hijos y que, siguiendo la protesta inicial por la que surgió esta tradición, hace a vecinos y visitantes experimentar la pasión durante la noche más mágica de Mula. Los asistentes a la Feria de Turismo, además, pudieron disfrutar de una exhibición de tambores que se trasladaban hasta la capital de España para hacer retumbar la tradición más arraigada de Mula.