Desde hace más de 40 días, la nueva consejera de Educación y Cultura, Mabel Campuzano, parece vivir en una especie de ‘grupo burbuja’ dentro de la sede del departamento que gestiona el segundo mayor presupuesto del Gobierno regional. Como cualquier cambio de trabajo, toda persona necesita pasar por un periodo de adaptación para asentarse en una nueva rutina, pero el cargo más elevado en la Consejería no es cualquier trabajo. «No tiene una capacidad real para gestionar», señala un representante de la comunidad educativa que se reunió recientemente con Mabel Campuzano.

Desde el 3 de abril, cuando la diputada expulsada de Vox entró en el Consejo de Gobierno de Fernando López Miras como contraprestación a los díscolos del partido de Santiago Abascal por salvar la moción de censura del PSOE y Cs, Campuzano ha evitado asistir a las reuniones de trabajo, comisiones o mesas de negociación y sectoriales con sindicatos. Ese trabajo, que desde la Consejería argumentan que es más técnico, lo ha delegado en los directores generales sin intervenir en las cuestiones que se gestionan en Educación desde hace un mes y medio. Solo el pasado miércoles sí tuvo que comparecer en la Asamblea para defender los presupuestos de su departamento para este año.

Hasta ahora su presencia se ha limitado a una serie de reuniones individuales con federaciones de AMPA, asociación de directores, representantes de la concertada, sindicatos u organizaciones que representan a colectivos de personas con discapacidad. «Una toma de contacto en la que ella escucha, toma nota de las peticiones, pero por lo general las personas que le acompañan de su gabinete o directores generales son quienes marcan las respuestas de la Consejería», subraya otro representante citado por Educación. Sin ir más lejos, esta misma semana la Consejería reunió a los sindicatos para mostrarles el protocolo de seguridad de las oposiciones de Secundaria, una cita a la que no asistió Campuzano, como tampoco hizo con la comisión de conciertos que estudiaba las líneas subvencionadas para el próximo curso.

La más sangrante para los sindicatos fue la ausencia de la consejera durante la reunión en la que se cerró y firmó el nuevo acuerdo de interinos el pasado 21 de abril, y la Mesa Sectorial, una semana después, donde se ratificó dicho acuerdo. Educación alegó que Campuzano debía asistir a una sesión plenaria en la Asamblea. «Por lo general, cuando hay un nuevo consejero, este se presenta en los primeros días a los sindicatos en una reunión o dirige una, y no solo de forma individual», recuerdan desde Comisiones Obreras y ANPE. Campuzano tampoco asistió al pleno del Consejo Escolar de la Región donde se propuso a Juana Mulero como nueva presidenta del órgano consultivo.

Educación señala que a la reunión mantenida con la comisión de directores de Infantil y Primaria donde se informó de la vuelta a la presencialidad en esas etapas sí asistió, aunque fuentes consultadas señalan que se presentó a los responsables de esos centros este jueves pasado y el viernes a los de Secundaria. «Se presentó, habló un poco, y en seguida se marchó porque había una reunión con el Ministerio (a la que finalmente no asistió)», manifiesta un director de Secundaria. En la comisión de Primaria la voz cantante también la asumieron los directores generales: «Tiene voluntad de atendernos y escuchar, pero el cargo le viene grande», remarca otro director.

Un cerco a la consejera

La directriz en la Consejería de Educación es hacer «un cerco» en torno a la consejera y su gabinete, y que toda la gestión se quede en las direcciones generales. «Por las manos de la consejera no tiene que pasar nada», señalan varias fuentes del entorno de la Consejería. Sindicatos y centros ven en Víctor Marín, director general de Planificación Educativa y Recursos Humanos, el hombre fuerte de su departamento, «un buen gestor» que se quedó en su puesto pese a la salida de su antigua jefa Esperanza Moreno y que «ha sabido atender las demandas de la comunidad educativa», señalan, «tiene plenos poderes de López Miras». Marín, junto a Sergio López, director general de Evaluación Educativa y Formación Profesional, son la cara más visible a día de hoy en la Consejería.

La agenda pública de la consejera evita la educación

La agenda pública de la consejera en el último mes y medio se ha limitado a exposiciones culturales, una gala del Conservatorio de Danza, un acto en la Biblioteca Regional o la inauguración del Museo del Foro Romano de Cartagena junto al rey Felipe VI. La rama de Educación ha quedado relegada a un segundo plano al no haber tenido visita oficial a ningún centro escolar salvo al nuevo de FP del Instituto Miguel de Cervantes junto a López Miras, en donde solo intervino ante los medios el presidente para anunciar el cambio en el decreto de admisión de alumnos. Los directores generales sí han tenido más protagonismo en la agenda pública de la Consejería.