A pocas semanas de terminar el curso escolar, los escolares ya saben que no tendrán una fiesta para celebrar el principio de las vacaciones ni un acto de graduación en condiciones donde se les reconozca su trabajo durante uno de los años más complicado de todos los que vivirán en su etapa educativa. Los centros escolares no podrán realizar este año, al igual que el anterior, ni graduaciones ni fiestas de final de curso. Tampoco espectáculos o representaciones, así como actividades extraescolares tipo competiciones deportivas, actuaciones que impliquen canto y baile o salidas de convivencia fuera del centro educativo.

La Consejería de Educación entiende que existe en este tipo de festejos un mínimo riesgo de contagio y, con el fin de evitar aglomeraciones y extremar las medidas para reducir el número de contactos entre personas, este final de curso será tranquilo en los centros. Pese a ello, padres y alumnos se las están ingeniando estos días para organizar algún evento que sirva a modo de despedida entre compañeros. El alquiler de locales para celebrar una graduación adaptada a la pandemia o comidas y cenas en restaurantes está sirviendo como alternativas. En otros centros, los padres incluso organizan convicencias de varios días con alumnos de una sola clase para quitarse el sabor amargo de no tener fiestas ni verbenas en los patios.

En estas actividades, las asociaciones de padres y madres, e incluso los propios centros educativos, están poniendo parte del dinero para sufragar gastos. Los equipos directivos se están manteniendo fieles a las instrucciones de la Consejería y no se atreven a autorizar ningún evento en los propios centros pese a las propuestas que les llegan desde las AMPA. Como mucho, los alumnos podrán tener una pequeña fiesta con sus compañeros en la clase de forma presencial, o graduaciones telemáticas como ya se proyectaron el pasado año.

Para los más mayores, los institutos sí plantean alguna alternativa para ‘graduar’ a los alumnos de segundo de Bachillerato que ya abandonan la etapa escolar.

Enfado general con la prohibición

«No entendemos que se ponga un aforo de 100 personas para determinadas celebraciones o que haya aglomeraciones de jóvenes en la plaza de La Merced celebrando el fin del estado de alarma y nosotros no podamos hacer un acto de graduación de quince minutos en el patio del colegio». La protesta llegaba ayer de boca del padre de una alumna de un colegio de Murcia, que muestra el sentir general que trasladan desde las AMPA y federaciones de estudiantes como Femae. Alumnos y padres han sido muy críticos con las medidas restrictiva de la Consejería respecto a estas celebraciones. «Sabemos de padres que han propuesto alternativas a los equipos directivos y estos se han negado porque no quieren asumir la responsabilidad», señalaban ayer desde la FAPA Juan González, «hay bodas con no convivientes pero una clase que forma un grupo burbuja no puede hacer nada». Desde Femae rechazan también las prohibiciones de Educación y señalan que los protocolos de seguridad de los centros valdrían para los actos de graduación.

Todas aquellas alternativas planteadas por alumnos o padres para disfrutar del final de curso «están sujetas a un protocolo con medidas como por ejemplo la hostelería, ocio o alojamientos», remarcan desde la FAPA, que piden a Educación dar más margen a los centros para estos actos.