Los servicios que atienden a las mujeres maltratadas de Cartagena tienen lista de espera desde que empezara a emitirse la docuserie sobre Rocío Carrasco en Telecinco. Así lo explica coordinadora de Igualdad, María Jose Mercader, que incide en que «no es normal tener lista de espera en trabajo social: desde que doblamos el personal, no habíamos tenido listas de espera».

«Hemos notado la influencia del testimonio de Rocío Carrasco en muchas mujeres: ellas lo dicen. A partir del segundo programa, empezaron a llamar mujeres que decían que se sentían identificadas con ella», detalla Mercader, que valora «que un personaje público hable públicamente de violencia de género: ha provocado una concienciación social muy potente». Es importante, por ejemplo, para «que las mujeres identifiquen el maltrato psicológico, para que salga a la luz: es el que arrastran muchas mujeres durante décadas», manifiesta.

«Entre los profesionales y en la calle se habla del ‘efecto Rocío’. Es terrible que las mujeres sufran maltrato y violencia de género, pero que se visibilice es bueno», hace hincapié.

Por su parte, Miguel Ángel Blaya, agente de la Policía Local de Alhama de Murcia especializado en violencia de género, comenta, sobre el aumento de llamadas al 016, que «evidentemente es bueno que se hayan animado las mujeres a dar este paso y, por otro lado, es malo porque nos da la impresión o sensación de que este problema se da más de lo que nos imaginamos y no se denuncia». «Es también frustrante para los profesionales que trabajamos contra esta lacra social al no conseguir alcanzar los objetivos marcados, tanto sobre la detección de casos como sobre la concienciación a estas mujeres del problema que tienen a causa de sus parejas o ex», subraya el agente.

«Me quedan dos líneas de pensamiento o deducción del llamado ‘efecto Rocío’: el primero es que quienes denuncian son las mujeres que ven el tipo de programas donde sale esta personas, sufren violencia de género y se han identificado con ella, por lo que se han animado a dar el paso», detalla Blaya, que considera que «los profesionales que trabajamos para la detección de casos y protección de víctimas de violencia debemos adoptar este efecto como una herramienta con posibilidad de análisis e investigación científica, utilizando como población de estudio a estas mujeres y como hipótesis a verificar el efecto alentador e incitador que producen los factores sociales mediáticos».

Por otro lado, la psicóloga, sexóloga y neuropsicóloga Felipa Gea valora que «el documental de Rocío Carrasco ha dado visibilidad a la violencia de género, además de dar información sobre términos y conceptos que muchas de las personas no sabían ni que existían». «Ha sido un suceso valiente y prometedor en relación a la sensibilización de esta violencia para la sociedad, y un hecho de empoderamiento para la mujer, especialmente, para aquellas que han sufrido o sufren esta lacra», remarca.

Gea apunta que «los testimonios de víctimas de género son fundamentales para desmontar los mitos y estereotipos que existen en la sociedad patriarcal, dan la esperanza de no estar sola».

Deja claro, no obstante, que «no debe usarse el sensacionalismo para crear audiencia, ya que no hay que olvidar que el patriarcado usa cualquier resquicio para seguir vigente y se transforma constantemente para seguir siendo la norma». «El efecto positivo de visibilidad, ejemplificación y sensibilización puede verse contrarrestado si las discusiones siguen generándose de manera frívola en un plató de televisión, ya que la concienciación social no se consigue desde ese punto de vista. De hecho, se consigue todo lo contrario», apostilla.