La Audiencia Provincial de Murcia ha confirmado el procesamiento de un anestesista y una enfermera de un hospital de la Región de Murcia por un delito de homicidio por imprudencia, al tiempo que ha ordenado el sobreseimiento provisional respecto del jefe del servicio de anestesia, que también estaba investigado.

El juzgado de instrucción número Seis de Murcia, en el auto que ahora se ve revocado en parte, declaró que el paciente, que ingresó en el hospital para ser operado de un tobillo el 9 de febrero de 2018, falleció el 21 siguiente.

Decía la resolución judicial que el enfermo no estuvo correctamente monitorizado, y añadía que en el momento en que se produjo la desaturación y la parada cardiaca que sufrió no se encontraban presentes ni el anestesista ni la enfermera, que simultaneaban sus servicios en dos intervenciones quirúrgicas.

El juzgado señaló así mismo que a los diez minutos de la operación el paciente presentó una bajada de la saturación de oxígeno inferior al noventa por ciento, por lo que se decidió colocarle unas gafas nasales, comprobándose al final de la intervención que no respondía y presentaba dificultad respiratoria.

Tras lograr ser estabilizado se le remitió al hospital Reina Sofía de Murcia, en cuya Unidad de Cuidados Intensivos permaneció ingresado hasta su muerte, que se produjo por un fracaso multiorgánico por parada respiratoria, infección urinaria por E.coli y encefalopatía anóxica.

Ahora, la Audiencia Provincial de Murcia ha confirmado la inculpación del anestesista y de la enfermera, pero ha sacado del proceso al jefe del servicio de anestesia, aunque con reserva de las acciones civiles que pudieran ser emprendidas contra el mismo.

El tribunal señala que su modelo de organización del trabajo supuso, en el peor de los casos, dejar unos minutos sin vigilancia directa del personal de anestesia a un paciente con sedación local, lo que no supone, en el plano penal, una conducta reprochable, "pues apenas tuvo trascendencia en el luctuoso resultado".

El modelo referido suponía, añade la sentencia, que el anestesista y la enfermera actuaban en dos quirófanos.