El Grupo Operativo ‘Adaptación al Cambio Climático en Frutales de Hueso’ organizó hace unos meses el webinar ‘Prácticas culturales y efectos del cambio climático en frutales de hueso: evidencias y experimentación’.

Un encuentro virtual en el que se analizaron «las innovaciones en prácticas culturales desarrolladas en parcelas de empresas colaboradoras a fin de mejorar la adaptación y la productividad de los frutales, tal como la optimización del uso de bioestimulantes como herramienta para la mejora de la salida de la latencia invernal, la adaptación de sistemas de modificación de factores climáticos, especialmente temperatura, humedad y radiación solar y la optimización de las estrategias de manejo del riego y del cultivo en condiciones de baja disponibilidad de agua», según explican los responsables.

Aspectos que se integran en un contexto de sostenibilidad productiva y ambiental, e interrelacionadas mediante la adecuación del riego, la intensidad de la poda invernal y en verde o del aclareo.

El representante sectorial de fruta de hueso de la Federación de Cooperativas Agrarias de Murcia (Fecoam), Pascual Hortelano, explicaba durante la jornada su experiencia en los últimos años.

«El Cambio Climático es una realidad y yo como productor lo estoy viviendo en primera persona. Ya en los años 60 y 70 se apreciaron efectos del Cambio Climático en la zona de la vega alta de Cieza que provocó que se tuviera que arrancar toda la producción del albaricoque de clase, como son las variedades de Velázquez, Moniquí, Antón, Carrascases y Pepitos. Se tuvieron que cambiar de variedad debido a las bajas producciones y porque eran variedades de altos requerimientos de horas de frío», aseguraba Hortelano.

Asimismo, mencionó el proceso de adaptación seguido por los productores introduciendo, por ejemplo, nuevas variedades de albaricoque.

«Actualmente estas variedades que tienen una media de 12 y 15 años y, con el Cambio Climático tan agresivo, se están presentado en los últimos años problemas de competitividad y cuaje, como es el caso de Flodea», remarcaba.

Pero, tras esos primeros intentos de adaptación, la situación ha ido cambiando rápidamente, lo que ha acelerado la necesidad de soluciones a esta problemática.

«Lo que sucede es que ahora los costes son mayores, y adquirir las ultimas variedades es mucho más costoso. El 2020 se ha caracterizado por una falta de horas frío que ha provocado aproximadamente un descenso de entre 25-30% de producción, y yo diría que en albaricoque un 40-50% en las zonas de la Región de Murcia donde se necesitan más horas frío. Esta falta de fruta ha hecho que se haga una campaña más aceptable con precios razonable, no como los que se tuvieron en 2019».

Por todo ello, durante el seminario del Grupo Operativo se hizo hincapié en que el Cambio Climático provoca el cambio de variedades rápidamente.

«Estamos teniendo producciones en zonas donde hace 30- 40 años era imposible, en zonas cerealistas, como la zona norte de la provincia de Murcia y Albacete. Hace 20-30 años se empezó en esta zona con la producción de industria, y debido a la crisis de la conserva, se ha ido cambiando a una producción de albaricoque y melocotón para el consumo en fresco, con unos resultados aceptables, por lo que nos hemos encontrado una zona donde las variedades murcianas se están adaptando muy bien».

Dentro de las actividades organizadas por el Grupo Operativo, se realizaron hace unos días diferentes visitas a las fincas de las empresas colaboradoras, en las zonas de Jumilla, en cultivos de albaricoque; Cieza, con variedad de albaricoque Maya, y en el municipio de Abarán.