Francés, Sistema de Armas, Protocolo y Gestión , ejercicios de tiro, Comunicación y Topografía son algunas de las asignaturas que tienen los estudiantes de la Escuela de Infantería de Marina de Cartagena. Su horario lectivo es de siete y media de la mañana a seis de la tarde, aproximadamente, y si no tienen actividades nocturnas. Antes de la pandemia, solían empezar con un entrenamiento matinal conjunto tanto profesores como alumnos. Ahora solo pueden hacerlo con su grupo burbuja y en horas diferentes para no coincidir en los vestuarios. «Los alumnos que residen en régimen de internado tienen un horario académico muy intenso», admite la profesora Marcela Rodríguez.

Normalmente, sus salidas se restringían únicamente a los días festivos o fines de semana y durante la semana se limitaban a la realización de recados puntuales. Con el estallido del virus, las salidas se han regulado a turno de mañana y tarde por asignación entre los grupos burbuja para evitar que surja un brote que pueda afectar al curso, y por ende a la consecución del plan de estudios establecido. De hecho, el brote que les agitó la última semana de marzo provocó que los estudiantes, por precaución, no salieran del Centro, donde sí pudieron realizar actividades lúdicas para compensar.