El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, criticó ayer a aquellos que defienden el pin parental y que, a su juicio, «hacen un flaco favor a la libertad, a la igualdad e, incluso, a sus hijos». En este sentido, defendió la necesidad de políticas transversales a la hora de luchar contra los delitos de odio contra las personas LGTBI, entre ellas, las que tienen que ver con la educación. Así ha respondido a una pregunta parlamentaria, en el Pleno del Congreso, realizada por el portavoz de Más País, Iñigo Errejón, sobre los planes del Gobierno para frenar los ataques que en los últimos meses ha recibido este colectivo.

Errejón expuso que este odio «no llueve del cielo» si no que es consecuencia de que «en España hay discursos y líderes políticos dedicados día y noche a sembrar el odio».

El ministro señaló que, desde junio de 2018, se ha puesto en marcha un plan de lucha contra los delitos de odio y un protocolo de actuación al respecto, a través de la Secretaría de Estado de Seguridad, que incluye formación policial, el establecimiento de denuncias tipo o campañas en redes sociales, o medidas preventiva par evitar incidentes y delitos de odio en centros escolares, entre otras medidas.