Por cada actividad que realizan en un cole al norte de la ciudad de Cartagena, los profesores buscan una herramienta digital para llevarla a cabo, la que les parece más adecuada y con la que ayudarán a los niños a entender mejor lo que se les pretende enseñar. María Catalina García tiene que presentar el próximo 21 de abril a la comunidad educativa de España por qué su colegio es una referencia en el aprendizaje por proyectos y la evaluación por competencias a través de las tecnologías y la digitalización. El Ministerio de Educación y Formación Profesional se ha fijado en ella y en el modelo educativo que hay implantado en el centro escolar que dirige por ser un ejemplo de lo que pretende ser el nuevo currículo que nace a raíz de la recién aprobada ley de educación Lomloe.

Participará junto a profesores y expertos en un foro donde se recogerán las necesidades que deben estructurar el nuevo reglamento que aúne las competencias básicas. «Ha llegado el momento de pensar que debemos abandonar el trabajo memorístico. Ahora mismo la información está a un golpe de clik en Internet y debemos evaluar más por criterios de competencias», defiende la directora del CEIP San Cristóbal de Cartagena. Añade, con humor, que su intención no es hundir a las editoriales pero su centro no utiliza libros. La tecnología es la que manda en un colegio donde los contenidos se aprenden con aplicaciones de Google u otras herramientas donde se permita buscar información, hacer proyectos en equipo..., en resumen, «usar aquello que nos deje evaluar nuestros estándares y trabajar nuestros contenidos». Las tareas y proyectos con el apoyo de la digitalización se imponen en un centro que desde el primer ciclo de Infantil los más pequeños ya aprenden a usar una tableta electrónica.

Los Reales Decretos por los que se establecen los aspectos básicos del currículo ya están en consulta pública y el Ministerio busca modificar los estándares de aprendizaje para que no impidan la evaluación por competencias. En esto juega un papel importante la práctica, proyectos, tareas o trabajos, y dejar atrás un modelo memorístico que fomentaba la Lomce. La nueva consejera de Educación, Mabel Campuzano, se ha mostrado a favor de no abandonar este modelo memorístico y ya ha anunciado que en el desarrollo del currículo que le corresponda a la Región por competencias, intentará paralizar o frenar lo que plantee el Ministerio. «No estoy de acuerdo», señala María Catalina García, «el niño tiene que ser protagonista de su propio aprendizaje. Si tenemos que cambiar los sistemas educativos, esa transformación debe pasar por reducir el número de alumnos por aula, que se favorezca la labor del docente y su preparación y desarrollar un trabajo mucho más competencial. Los niños tienen que actuar, trabajar, investigar, buscar en la red...»

Salvar la brecha digital

Los alumnos del CEIP San Cristóbal tienen desde el segundo ciclo de Infantil un Chromebook para trabajar en las clases. Durante el confinamiento y a lo largo de este curso semipresencial, la directora reconoce que se han prestado dispositivos y la meta es que cada estudiante llegue a clase con su propia herramienta.

Los fondos europeos distribuidos por la Consejería de Educación han permitido la compra de estas tabletas. Esto ha posibilitado, señala, salvar la brecha digital, pero para que el currículo pueda solucionar este inconveniente que ha nacido en parte por las consecuencias de la pandemia, «se debe destinar mucho más dinero a la compra de estos dispositivos y de tarjetas para conectarse a internet», concluye.