Más de 330.000 murcianos tuvieron dos pagadores diferentes en 2020, por lo que estarán obligados a presentar la declaración de la renta si han cobrado más de 14.000 euros, según los cálculos facilitados a La Opinión por los Técnicos de Hacienda (Gestha). La organización explica que, además de los trabajadores incluidos en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), que han cobrado del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y de su empresa, también tendrán que declarar el IRPF los pensionistas que se jubilaron el pasado año, y tuvieron por tanto dos fuentes de ingresos, y los parados que también cobraron prestaciones por desempleo. En caso de que no tengan deducciones o bonificaciones fiscales, verán penalizada su liquidación, dado que ni las prestaciones por desempleo ni los ERTE tienen retenciones. Por eso Gestha ha pedido al Ministerio de Hacienda que dé a estos contribuyentes las mismas facilidades para fraccionar el pago de la deuda tributaria.

La Agencia Tributaria prevé que en esta campaña se presentarán en la Región algo más de 672.000 declaraciones de la renta, lo que supone que prácticamente la mitad de los declarantes se pueden ver penalizados el pasado año por el cobro de prestaciones del SEPE o de pensiones.

El secretario general de Gestha, José María Mollinedo, explicó que en las nóminas abonadas por el SEPE a los trabajadores que vieron suspendidos sus contratos no se les hacen las retenciones a cuenta que aplican las empresas, lo que supone que tendrían que pagar esa diferencia en su liquidación anual del IRPF con la declaración.

En la misma situación se encuentran las 330.076 personas que han recibido prestaciones públicas el pasado año del SEPE o de la Seguridad Social, pero no han tenido retenciones a cuenta, por lo que tendrán que pagar la diferencia en caso de que no tengan cargas familiares o deducciones fiscales.

A su vez, también la retención aplicada por las empresas ha sido menor, dado que el número de días trabajados a lo largo del pasado año ha sido inferior al de ejercicios anteriores.

Mollinedo explicó que en el caso de un contribuyente de la Región soltero, sin cargas familiares ni deducciones fiscales con unos ingresos de 21.999 euros habría tenido una retención inferior en 19,38 euros a la cuota del IRPF, que deberá pagar al hacer su declaración.

Los asalariados que cobran solo su nómina no están obligados a hacer la declaración de la renta si ganan menos e 22.000 euros anuales de un solo pagador. Y aunque les saliera a pagar, porque sus retenciones a cuenta son reducidas o porque no tienen deducciones a las que acogerse, la Agencia Tributaria no les cobra la liquidación.

Sin embargo, cuando un contribuyente ha cobrado de dos pagadores, está obligado a presentar la declaración de la renta a partir de los 14.000 euros, por lo que puede encontrarse con una liquidación diferente a la de años anteriores.

Gestha ha pedido a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que «considere ampliar el fraccionamiento extraordinario del pago de la cuota a pagar por la declaración del IRPF-2020 para los trabajadores en ERTE (Orden HAC/320/2021, de 6 de abril, BOE del 7)» al resto de beneficiarios de las prestaciones públicas que se encuentran con los mismos problemas.