Los daños en las explotaciones agrícolas, en la ganadería y el riesgo en la seguridad vial son las razones por las que a partir de esta semana los cazadores de la Región de Murcia podrán saltarse el toque de queda comprendido entre las 23.00 y las 6.00 de la mañana para controlar las poblaciones de jabalí en la comunidad mediante la modalidad del aguardo nocturno. La Consejería de Medio Ambiente ha publicado una interpretación de las excepciones a la restricción de la movilidad en la comunidad que permiten la libre circulación de los cazadores por la noche por los daños que produce esta especie, ya que su sobreabundancia supone "un grave problema ecológico, económico y sanitario".

La Comunidad ha permitido desde el inicio de la pandemia y desde que se aprobaron las primeras limitaciones de la movilidad que los cazadores puedan desplazarse entre municipios para llevar a cabo una actividad cinegética que controle las poblaciones de conejo, jabalí, cabra montés, ciervo, muflón y arruí por los daños en la agricultura, la ganadería, en la biodiversidad y en la seguridad vial. La nueva norma incluye que, para reducir estos daños, se permiten los desplazamientos entre municipios y la entrada y salida de la Región de Murcia para controlar la sobreabundancia de estas especies con distintas modalidades de caza.

En concreto, esta actividad debe realizarse en los terrenos cinegéticos en los periodos hábiles marcados por la orden regional de vedas de este año, y en cualquier terreno "con las autorizaciones excepcionales emitidas por el cuerpo de Agentes Medioambientales de la Región de Murcia, tras la comprobación de la existencia de daños", refleja el escrito firmado por el director general del Medio Natural, Fulgencio Perona. Con respecto a los aguardos nocturnos, la Comunidad permite la libre circulación de los cazadores durante el toque de queda para controlar el exceso de población de jabalí por los daños que produce en "los ecosistemas y en los ciclos productivos de la agricultura y la ganadería", así como los atropellos que se producen en las carreteras. Estas causas se consideran justificadas por "fuerza mayor o situación de necesidad" para proceder a la caza de esta especie durante la noche. La modalidad de aguardo nocturno consiste en la caza de los jabalíes desde un puesto fijo donde espera el cazador hasta que el animal pase a su lado o salga de su guarida.

Perona considera "básico" permitir esta modalidad durante la noche ya que es en este periodo cuando más "graves daños" producen. Añade que otras comunidades ya han establecido esta norma y que su práctica en el contexto de pandemia por la covid-19 no supone un riesgo de transmisión al realizarse al aire libre con distancia entre los cazadores. "La caza es una herramienta esencial para el control de las poblaciones de las especies cinegéticas y de los daños en la agricultura, la prevención de accidentes de tráfico y de transmisión de enfermedades al ganado doméstico".

En 2019 la Comunidad ya estableció que esta modalidad de caza podía realizarse durante todo el año con el objetivo de controlar una especie que llegó a alcanzar entonces los 24.000 ejemplares. Se argumentó que el control de esta especie podría prevenir la transmisión de enfermedades como la peste porcina africana.