Uno de los interrogantes que abrió la irrupción del coronavirus en España era qué pasaría cuando uno de sus picos de contagios coincidiera con la época de la gripe. Pues bien, al cierre de la campaña de prevención de la enfermedad infecciosa que se solía cobrar varias decenas de vidas en la Región, el dato es sorprendente: ni un solo caso se ha registrado en los centros médicos murcianos.

Las causas están claras: «Las medidas que se emplean para contener el coronavirus son las mismas que resultan muy eficientes para frenar los contagios de gripe. Son virus muy similares incluso en su forma de transmisión, y, además, a eso hay que sumar que las personas que se pueden contagiar de gripe son muchas menos que las que se pueden contagiar de coronavirus. Cualquiera que esté vacunado y que haya pasado recientemente la enfermedad está protegido», explica Manuel Segovia, jefe de Microbiología del Hospital Virgen de la Arrixaca.

El proceso de vacunación por la gripe, que este año empezó a mediados de octubre para no coincidir con el del coronavirus, se desarrolló, según fuentes de la Consejería de Salud, «sin ningún tipo de incidencia». Este año se inyectaron casi el doble de dosis que el año pasado. Hasta enero, cuando terminó la campaña, 400.000 murcianos recibieron la protección vía intravenosa, por los 240.000 del curso 2019/2020.

Cultura de infecciones

«En algunos países orientales -continúa Segovia-, tienen una cultura de infecciones respiratorias, porque están más habituados a ellas, con la que aquí no contamos. En esos países, la gente tiene asimilado que, cuando tiene un resfriado o una gripe, tiene que salir a la calle con mascarilla. Aquí eso no se hacía, e incluso muchos sanitarios caían en la dejadez y no se vacunaban contra la gripe». El también catedrático de la UMU considera que «ese es uno de los aspectos que la pandemia cambiará para bien»: «La mascarilla ha venido para quedarse, yo creo. Igual no se rá obligatoria en el futuro, porque la gente estará harta, pero será recomendable que, en los meses de la gripe, cuando se esté resfriado o se tengan síntomas, se utilice con total normalidad». Se utilizará, puntualiza Segovia, como ahora: «Más para que el que está enfermo no contagie al resto que para que el que está sano no sea contagiado».

Lo mismo sucede con la distancia social: «Los virus no viajan por teléfono, viajan con las personas. Cuanta menos movilidad haya, menos propagación de virus habrá», explica.

Tampoco se han registrado de momento bronquiolitis ‘pandémicas’ en menores de un año. «Hemos tenido algún que otro cuadro respiratorio -aclara Segovia-, pero ninguno causado por el VRS [virus respiratorio sincitial], que es el virus que hace que la bronquiolitis sea pandémica. Se han dado casos de rinovirus, por ejemplo, que se pueden transmitir a través de objetos y, por lo tanto, la mascarilla apenas ayuda a combatirlos», concluye el jefe de microbiología de la Arrixaca.