La Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Región (Apirm) confía en que los efectos de la subida de temperaturas que ya se está percibiendo ya no pondrá en peligro el turismo de ‘sol y playa’. Apirm recoge en un informe sobre la evolución del sector en 2020 las previsiones del estudio realizada por Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, y Juan Javier Miró, profesor de Geografía Física en la Universidad de Valencia, en el que se plantea que la subida de temperaturas en los meses de primavera y otoño alargará la temporada turística al periodo comprendido entre junio y septiembre.

El estudio plantea la hipótesis de que «el calendario de la temporada alta, muy centrada en la actualidad en julio y sobre todo en agosto, podrá prolongarse desde junio a septiembre, incluidos, además de considerar la estación primaveral junto con octubre muy aptos para las estancias turísticas». Los autores también apuntan que el fenómeno de las llamadas «noches tropicales, en las que las temperaturas se mantienen por encima de los 20 grados centígrados», se repetirá con mayor frecuencia en la costa.

Alertan de que estos cambios obligarán a las empresas a «acondicionar los establecimientos turísticos, las viviendas residenciales y las tramas urbanas a una situación más habitual de altas temperaturas y elevada humedad diurna y nocturna» para compensar la pérdida de «confort térmico».

Los promotores reconocen que también será necesario contar con «buenos sistemas de abastecimiento de agua y modificar los protocolos de protección civil y sanidad pública, junto a la ordenación territorial, para hacer frente a peligros climáticos como las fuertes lluvias».