Andrés Fernández, el policía local de Mazarrón que socorrió al inmigrante que pedía auxilio en la playa de Percheles el pasado sábado y dio la voz de alarma de que en la patera que viajaba iban otras catorce personas, admite que aunque ha realizado varios rescates a lo largo de su carrera profesional nunca se había sometido a uno tan duro.

Hacer un rescate no es nuevo para ti. 

No, pero nunca he hecho un rescate con tanto riesgo ni con tanta distancia. Estaba solo, desamparado. La ropa no era la adecuada y estaba desentrenado. La persona estaba muy lejos y cansada, por eso en lo primero que pensé fue en buscar algo que flotara.

¿Eso es en lo primero que pensaste cuando llegaste a la playa de Percheles?

Estábamos haciendo un requerimiento en una vivienda cerca de la playa cuando el 112 nos dio aviso de que fuéramos porque una mujer llamó al ver que una persona no podía salir del agua. Cuando llegamos, vimos que estaba en lo cierto, así que solicitamos un equipo de salvamento. Mientras tanto, mi compañero y yo, que somos socorristas, empezamos a buscar elementos flotantes que nos ayudaran a sacar a esa persona. Preguntamos a la gente y nos facilitaron una garrafa vacía que me até con una cuerda como flotador y una tabla infantil de unos 50 centímetros. 

Y a continuación te metiste al agua. ¿No preferiste esperar a salvamento?

Sabía que iban a tardar 30 minutos. Aunque estaba desamparado sin el equipo de motos de agua, piraguas, etc., me quité las botas, el uniforme y no se me pasó por la cabeza el riesgo. No me agobié, no pasé miedo porque me conocía la playa. Tardé unos 15 minutos en remolcarlo y cuando lo saqué ya había llegado el equipo. Me lo encontré con los ojos rojos y la piel morada. Mi plan era flotar y aguantar hasta que llegaran. Estuve dándole flotabilidad para que no se hundiera. Estuve remolcándolo lentamente hasta que llegó el surfista y me ayudó a sacarlo a la orilla.

¿Qué es lo que más odias de este rescate?

Que no hay nada que celebrar. Haber salvado una vida cuando miro al mar y veo cientos de personas que se quedaron allí. Eso es lo que más pesa.