Han tenido que pasar más de 30 años, pero al final lo han conseguido. Después de tres décadas de concentraciones y protestas, los integrantes de la Plataforma Pro Soterramiento han podido cumplir su viejo sueño y el 10 de marzo llegaron a la estación murciana de El Carmen en un tren procedente de Cartagena que circulaba bajo tierra por el túnel recién estrenado. Aunque las obras están sin acabar y aún queda mucho por hacer, todos vivieron aquel viaje como un momento irrepetible, que va a cambiar la relación de los barrios de la zona sur con la ciudad y permitirá recuperar un espacio ocupado por las vías desde hace más de un siglo y medio. «Algunos pudieron aguantarse, pero hubo gente que lloró», confesaba Joaquín Contreras, el portavoz del grupo de vecinos que desde finales de los años 80 del siglo pasado se ha presentado con su pancarta en los actos públicos e inauguraciones oficiales a las que acudían altos cargos de la Comunidad y del Gobierno central para hacer oír su reivindicación. Sus aspiraciones acabaron convirtiéndose en el grito de guerra de un movimiento vecinal que se extendió por todos los barrios situados junto a las vías: «El tren por abajo, nosotros por arriba».

La presencia de su pancarta llegó a ser tan persistente que algunos políticos esperaban hasta el último momento para anunciar sus convocatorias oficiales, con la esperanza de poder esquivarla. Desde entonces han sido muchos los martes en los que han ocupado las vías y muchos los momentos de tensión en los que pudo ocurrir algún incidente grave, e incluso «el derramamiento de sangre», según reconocía el propio Contreras. Pero la paciencia del colectivo y la presencia apaciguadora de las mujeres de las vías, que hicieron del paso a nivel de Santiago El Mayor una prolongación de sus propios barrios, evitaron incluso que los altercados más duros acabaran en desgracias .

La más veterana, Ana Jiménez Meseguer, que se presentaba con un taburete de tijera en la mano para buscar el mejor sitio en el que acomodarse para frenar el avance de la vía en superficie con la que se pretendía enterrar el proyecto original, se ganó el título de Abuela del Soterramiento y acabó siendo un símbolo de la determinación que ha cambiado la fisonomía de la ciudad para siempre.

«Es una satisfacción», asegura el portavoz, aunque reconoce que «hace cinco años había quien me decía: Joaquín, olvídate. No te desilusiones, pero el soterramiento no se va a hacer».

Joaquín Contreras recordaba también a los vecinos que «se han marchado» antes de llegar a ver los trenes circulando bajo el túnel, como su hermana Teresa, Pepe Tornel, Antonio Fernández o Jesús Galindo, entre otros.

Durante meses se manifestaron día tras día por calles de Murcia recitando consignas contra el muro que Adif levantó frente a sus casas antes de instalar la vía en superficie para que el AVE fuese un hecho consumado, que no tendría vuelta atrás. Este tramo llegó a ser el único de toda la red ferroviaria de la Región dotado de catenaria, aunque el cableado eléctrico que simulaba el final de la obra desaparecía a la salida de Murcia y quedaba interrumpido hasta Orihuela. No querían que «Murcia acabara como Valladolid», esperando eternamente un soterramiento que nunca ha llegado. La iniciativa surgió en noviembre de 1989, cuando el grupo inicial que dio origen a la Plataforma recogió firmas contra el proyecto de estación en superficie presentado por Renfe al entonces alcalde de Murcia, José Méndez. El plan proponía levantar una muralla de edificios comerciales y de servicios entre las vías y la calle Industria, que habría partido Murcia para siempre.

La ciudad le debe la recuperación del espacio que ocuparon las vías y su transformación en un gran cordón urbano. Por eso La Opinión ha querido reconocer su perseverancia con el Premio Importante de Marzo de 2021.

La lucha llegó a Bruselas

La Plataforma Pro Soterramiento ha acabado convirtiéndose en un referente de la capacidad de movilización de los vecinos, que llevaron sus reivindicaciones a Bruselas y lograron que el Parlamento Europeo les diera la razón. La Comisión de Peticiones de la Eurocámara admitió a trámite la solicitud para investigar la adecuación de las obras a la legislación europea en octubre de 2017. A pesar del respaldo de la UE, la Administración mantuvo sus planes y puso la línea del AVEen superficie con la promesa de que después ejecutaría el proyecto original, que contemplaba el soterramiento a la entrada de Murcia, tal y como habían firmado en 2006 el Ministerio, la Comunidad y el Ayuntamiento. Ahora es necesario sortear los escollos que la obra ha encontrado en Barriomar para que el túnel siga avanzando.