«Las mascarillas FFP2 son las únicas recomendadas por la OMS para estancias en espacios cerrados con más individuos, encuentros sociales o con riesgo de poca distancia. Más del 90% de los contagios de covid-19 se producen por transmisión de fluidos, y las FFP2 de MaskGreen tienen la mayor protección de su categoría para evitar este tipo de contagios», comenta el gerente de MaskGreen, Ernesto Vilches.

Solo se está verdaderamente protegido si utilizas una mascarilla con plenas garantías, que no ofrezca ninguna duda sobre la protección que proporciona. Muchas de las FFP2 asiáticas aunque incluyen el marcado CE no tienen controles de calidad después de fabricarse. No son fiables. Se han retirado cientos de referencias que han estado meses vendiéndose en España. «¿De verdad merece la pena jugártela? Mi opinión es que con la salud no se juega, ni con la tuya ni con la de los tuyos», añade Vilches, quien explica que sus productos garantizan una barrera de protección para usuario y contacto del 97%, solo un 5% de las mascarillas FFP2 del mercado tienen esta barrera. Además, la resistencia a la respiración es muy buena para una FFP2 por lo que no agobia. Unido a que los cordones tienen una longitud exacta para que no aprieten en exceso.

Añade Vilches que «nuestras FFP2 son las favoritas de los profesionales sanitarios de la Región, que nos las solicitan incluso para su uso personal y para sus familias. Ellos son los verdaderos entendidos sobre la calidad y seguridad que debe ofrecer una mascarilla. Su confianza es la mejor muestra de que estamos haciendo las cosas bien, que nos elijan nos llena de orgullo».

MaskGreen Murcia nace con vocación social y por ello quieren que su producto sea accesible para todos los murcianos a un precio social, lo más bajo posible. Además en MaskGreen tienen alma medioambiental, por ello colaboran en la conservación del entorno natural siguiendo los principios de la Estratégia de la Economía Circular 2030. «Somos los primeros fabricantes de mascarillas que hemos convertido nuestras mermas en energía calorífica reduciendo así la huella medioambiental de nuestra actividad», concluye Vilches.