La pandemia obliga a reinventar el modelo de las residencias de mayores. Esta es una de las conclusiones del encuentro con las organizaciones que agrupan a los centros privados y concertados, que el Consejo Económico y Social (CES) celebró ayer con motivo de la presentación del estudio La situación de las personas mayores en la Región de Murcia. Los representantes de las patronales admiten que los residentes llegan cada vez más mayores y con un mayor grado de dependencia, por lo que requieren una asistencia más cercana a la de un hospital. Criticaron que la aportación de la Administración a las residencias concertadas es muy inferior al gasto de los centros públicos y demandaron más inversión.

El estudio, que ha coordinado el profesor de Sociología de la Facultad de Economía y Empresa de la UMU Marcos Bote, analiza la capacidad de respuesta de las residencias de mayores ante la crisis sanitaria, teniendo en cuenta los estragos que la covid ha causado en los centros asistenciales. «El virus ha encontrado un talón de Aquiles muy grande en estos espacios, y se ha descubierto que eran más vulnerables de lo que se imaginaba», según se recoge en el informe.

Participaron Carmelo Gómez, presidente de la Asociación de Residencias sin Ánimo de Lucro (Arsalu), José Miguel Martínez, presidente de la Asociación de la Dependencia de la Región de Murcia (Adermur), Sergio Gillén, secretario de la Asociación Murciana de Residencias y Servicios para Personas Mayores (Lares-Murcia), y Rocío Vera, responsable del EspacioCaixa de Murcia.

Carmelo Gómez, que es enfermero geriátrico, explicó que los residentes que llegan «son de la cuarta edad» y necesitan una atención muy especializada, pero dijo que no se han puesto en marcha las unidades docentes de geriatría ni se crean plazas. Ante la experiencia de la pandemia en los centros, señaló que «habrá que pensar si queremos que sean residencia o que sean hospitales».

José Miguel Marín destacó que Murcia ha sido una de las comunidades con menos fallecidos en las residencias, aunque defendió que es necesaria una mayor coordinación entre el sistema sanitario y la red de centros de mayores. «Nuestro sistema no está diseñado para pacientes crónicos», apuntó. También advirtió de que España destina el 0,7% a la asistencia a los mayores, mientras que otros países llegan al 3,7%.

Sergio Guillén apostó por «adaptar los servicios a las personas, en lugar de que sean los mayores los que tienen que adaptarse a los servicios», y por ampliar la atención a usuarios que podrían vivir en su casa si recibieran alguna atención, pero acaban en una residencia «porque los servicios no llegan a su pedanía».

Rocio Vera expuso los planes destinados al acompañamiento de los mayores para ayudarles a superar la soledad y a evitar las situaciones de vulnerabilidad.