Al cumplirse un año del primer caso de coronavirus detectado en la Región de Murcia, las pruebas del contagio de covid por superficies o la utilidad de las nebulizaciones están en entredicho. No obstante, los ayuntamientos murcianos han gastado cientos de miles de dinero público en estas medidas, las cuales, opinan los expertos, pueden llegar a dar una falsa sensación de seguridad.

Cuando comenzó la pandemia, era habitual ver imágenes de profesionales, enfundados en un EPI, fumigando y desinfectando lugares públicos: desde parques a residencias, pasando por la cárcel de Campos del Río, a la cual se desplazaron cinco pelotones de la Legión, para limpiarla. En la Comunidad, la desinfección de superficies es una medida que se sigue llevando a cabo y en la que se invierten muchos recursos.

Solo en la capital murciana, se han gastado 515.000 euros en desinfectar parques y centros municipales; «todo asumido por las empresas concesionarias dentro de los contratos del servicio», tal y como indican desde el Consistorio capitalino.

En el caso de San Pedro del Pinatar, «el gasto desde el inicio de la pandemia en desinfección y refuerzo de limpieza asciende a 160.777 euros», detallan desde su Ayuntamiento. En concreto, la localidad costera gastó 61.342,77 euros en desinfectar parques y jardines, 46.345,31 en desinfectar barandillas, pasarelas, papeleras y bancos de las zonas de playa durante el verano de 2020 y 49.685,20 más en el refuerzo de limpieza y desinfección de calles y espacios públicos con la concesionaria de la limpieza viaria.

En Alhama de Murcia, el coste de la desinfección de las calles del municipio, con pedanías incluidas, asciende a 2.000 euros por semana, a los que hay que sumar los 1.400 euros por semana que cuesta desinfectar parques, jardines y zonas de juegos infantiles, explican desde el Consistorio. «El Ayuntamiento de Alhama lleva desde el inicio de la pandemia haciéndolo a diario. El coste no se paga aparte, sino que se viene asumiendo con recursos propios del Consistorio, a través de la empresa concesionaria del servicio de limpieza y de la empresa concesionaria de mantenimiento de parques y jardines», detallan las mismas fuentes.

Sin embargo, tras cien millones de contagios en todo el mundo, más de 100.000 de ellos en la Región, aún no se ha podido ratificar que alguien se infectó tras tocar una superficie contaminada.

Carmen Correa, enfermera del 061 en Murcia, explica que «los últimos estudios demuestran que el virus no se transmite por contacto». La sanitaria, en el equipo covid desde hace ya un año, destaca que «desinfectar la compra cuando la traemos del súper, algo que la gente hacía mucho al principio, ya no tiene sentido». Sí apuesta por desinfectar «las manivelas de las puertas» de centros de salud y hasta centros comerciales, aunque «lo que son las calles en sí, quizás no tiene tanto sentido».

«Esto es aéreo, está claro que es aéreo: si mantienen las tres medidas básicas, mascarilla, distancia e higiene de manos, no te contagias», hace hincapié.

Por su parte, Rocío Álvarez, antigua jefa del servicio de Inmunología de la Arrixaca y catedrática de Inmunología de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, considera que «la desinfección siempre es buena, sea cual sea», y detalla que «hay unos últimos trabajos que dicen que sobre las superficies el virus no pervive, pero son cosas que están saliendo hoy y a lo mejor mañana se contradicen». Con el virus, dice, «todo es cambiante». No obstante, «cualquier cosa que tenga que ver con la desinfección es positiva, desde mi punto de vista».

«Da un mensaje público confuso»

«Tras un año de pandemia, las pruebas ahora son claras: el coronavirus SARS-CoV-2 se transmite predominantemente a través del aire, por personas que hablan y exhalan gotas grandes y pequeñas, partículas llamadas aerosoles».

Lo publicaba recientemente Nature, una de las más prestigiosas revistas científicas a nivel mundial. La publicación, en esta línea, se mostraba crítica con el hecho de que algunos poderes públicos sigan invirtiendo dinero en desinfectar sus calles y edificios. Hacer esto, considera la revista, da lugar a «un mensaje público confuso cuando se necesita una guía clara sobre cómo priorizar los esfuerzos para prevenir la propagación» de un virus que, solo en la Región, ha matado a más de 1.500 personas.

Por otro lado, el Centro de Control de Enfermedades Europeo (ECDC) ha expresado que usar ozono o similares para trata de ‘matar’ al coronavirus, o poner la luz ultravioleta, no son medidas recomendables: no solo no ha quedado demostrada su eficacia, sino que pueden dañar el medio ambiente aún más de lo que ya está, apuntan estos científicos.

Lo que sí se ha demostrado que funciona, tal y como insisten una y otra vez los sanitarios, es mantener distancia social, lavarse las manos con frecuencia, usar gel y ponerse bien la mascarilla, así como mantener una adecuada ventilación en las casas y los centros de trabajo. Y, por supuesto, la vacuna.