Carpas en el patio, aulas espejo, bibliotecas, gimnasios, salones de actos y ampliación de contratos para profesores a tiempo parcial. Los institutos de la Región de Murcia, sobre todo aquellos que cuentan con más grupos en el segundo curso de Bachillerato, están sufriendo un caos organizativo por la vuelta a la presencialidad de estos alumnos. En conversaciones con la Consejería de Educación, los centros han intentado en los últimos días cerrar el reparto de estudiantes del último curso por los diferentes espacios de los que disponen para garantizar las distancias de seguridad.

En la cabeza de los equipos directivos estaba la fecha del 15 de marzo como día de vuelta al modelo presencial para los alumnos de segundo de Bachiller, pero la Consejería remitió ayer una notificación a los centros advirtiendo de que no sería este día: «Más adelante y con la antelación suficiente informarán de la fecha concreta», señalaban a los centros. La consejera de Educación, Esperanza Moreno, marcó la próxima semana como inicio del regreso a las aulas de todos los estudiantes de este último curso escolar, a partir de la segunda quincena de marzo.

El cambio de gobierno propiciado por la moción de censura del PSOE y Cs, si sale adelante, y la falta de organización en algunos centros son las razones que esgrimen los institutos como posible retraso del modelo presencial, algunos apuntan hasta después de las vacaciones de Semana Santa. Técnicos de la Consejería han visitado ya los centros de Secundaria para tomar nota de las necesidades de espacio, y hasta ahora los equipos directivos han preparado zonas como los gimnasios, salones de acto, bibliotecas o carpas o toldos en los patios para dar clases. Las dificultades para trasladar sillas, mesas y pizarras convencionales o digitales complican las operaciones de adecuación de estos espacios.

Las aulas espejo es otra de las novedades. Los centros que cuentan con casi una decena de líneas del segundo curso de Bachillerato han partido en dos varios grupos para que la mitad de la clase dé la materia con el profesor y la otra mitad continúe la lección en otra clase siguiendo la asignatura por videoconferencia. A estos alumnos se les ha asignado un profesor de guardia, por lo que algunos centros han tenido que pedir a la Consejería refuerzo de personal o ampliar los contratos a media jornada de los profesores para que acompañen a los alumnos que seguirán la clase a través de una pantalla. La compra de material escolar necesario también se está retrasando en los centros, ya que los directores no se atreven a dar un paso hasta que la Consejería no les notifique por escrito la vuelta a la presencialidad.

Los centros consultados piden incluso no ser identificados, ya que la organización y cómo se va a proceder al regreso a la presencialidad no se ha notificado todavía de forma oficial a los padres.

Desde la Federación Murciana de Asociaciones de Estudiantes (FEMAE) rechazan las condiciones en las que se producirá el retorno a la presencialidad en segundo curso de Bachillerato. Según Antonio Amante, presidente de la Federación, los centros «no cuentan con los recursos materiales y humanos suficientes para hacer frente a esta cuestión. La Consejería no ha escuchado a los equipos directivos ni al resto de la comunidad educativa».

Los directores avanzan que no se podrá cumplir la distancia entre los alumnos

Los institutos comienzan a mitad de la semana que viene las sesiones de evaluación del segundo trimestre, por lo que marcar estas fechas como las del regreso a la presencialidad en Bachillerato es precipitado con la Semana Santa a la vuelta de la esquina. La Asociación de Directivos de Educación Secundaria señaló ayer que en buena parte de los centros resulta imposible encontrar espacios en los que puedan mantener la distancia entre los alumnos, «y cualquier solución pasa por incumplir esta medida de seguridad». Además, será necesario recolocar a los grupos de primero y segundo de ESO, que ahora estaban en las aulas más grandes, y se multiplicará el incumplimiento de la medida. 

«Los argumentos esgrimidos por la Consejería son insuficientes e inconsistentes, y la intención puede generar el efecto contrario al pretendido y colocar al alumnado y al profesorado (que no todo va a ser vacunado) ante un tercer trimestre en el que su esfuerzo se vea frustrado», señalan.

«La vuelta a la normalidad, que permita trabajar con la presencia regular de todo el alumnado en sus aulas, es un deseo compartido por toda la comunidad educativa. Sin embargo, si se deben mantener las medidas sanitarias sin reducir las ratios de los grupos, esto no va a ser posible».