El nuevo consejero de Transparencia, José Gabriel Sánchez Torregrosa (Los Montesinos, Alicante, 1984) está afiliado a Ciudadanos desde 2016 y es el responsable de Acción Institucional del partido en la Región. La pandemia le ha impedido invitar a sus padres a su toma de posesión, porque «son mayores» y habrían tenido que cruzar el límite con la provincia de Alicante. Antes de dedicarse a la política fue directivo del Real Murcia y llegó a estar tan implicado en los problemas del club que acudió a varias subastas para comprar deuda murcianista por importe de 6,5 millones (a un precio mucho menor), que después le condonó para poner su «granito de arena». Hasta su nombramiento como sustituto de Beatriz Ballesteros era el secretario general de la Consejería de Empresa, Industria y Portavocía y ejercía como número dos de su titular, Ana Martínez Vidal.

¿Usted sabe dónde se ha metido?

Empecé a ejercer la abogacía por cuenta propia en 2007 y en 2009, a pesar de la situación que había, monté mi despacho. Mi padre decía que las personas se mueven por dos cosas, por necesidad o por valentía y, a veces, por las dos. Siempre me he considerado muy valiente para emprender y entiendo que esto es una aventura. Me enamoró el discurso de mi partido y sobre todo una expresión: «Son necesarios muchos profesionales en política y menos profesionales de la política».

Pero el Gobierno es ahora mismo un volcán con un equilibrio precario entre el PP y Ciudadanos y dentro de Cs.

Lo que se aprecia desde fuera es un malabarista sosteniendo platos sobre distintos palos, pero en realidad, desde que se conformó la nueva ejecutiva regional de mi partido en torno a la coordinadora, Ana Martínez Vidal, y su equipo de secretarías, el partido está más unido que nunca. No hay una ruptura. El equilibrio entre el PP y Cs es lógico, veo desacuerdos puntuales, que son propios de un gobierno en coalición. Durante 24 años hemos vivido con un gobierno monocolor y lo normal era el ‘turnismo’ político entre partidos. Esto es un gobierno en coalición que nos pilla a todos con cierta bisoñez. Nos sorprende mucho que haya desacuerdos puntuales, pero son propios de partidos con propuestas ideológicas distintas. Pero hay una unidad de acción, como en el Comité Covid, en el que hay consejerías de Cs, o en la elaboración de los presupuestos.

La vuelta a las aulas es uno de los focos de tensión.

Ciudadanos no es un partido que se mete en un despacho a repartir jueces, creemos en el reparto de poderes. Por eso queremos que se cumpla el acuerdo de la Asamblea Regional sobre la vuelta a la presencialidad, aunque queremos que sea una vuelta segura y que se fijen unos parámetros objetivos. Establecer que el 70% de los educadores deben estar vacunados es un criterio objetivo. Pero siguen queriendo establecer criterios epidemiológicos, aunque esto es más difícil de precisar. ¿En cuánto se fija? ¿Con 500 casos por cada 100.000 habitantes habría una vuelta a la semipresencialidad? ¿Por qué somos la única comunidad autónoma que la tiene?

Después de que Cs presentara este martes en la Asamblea la reforma legal para que López Miras pueda volver a ser candidato, ¿habrá ya remodelación del Gobierno con un nuevo reparto de consejerías?

Desde que el presidente anunció el 14 de febrero que tendía la mano a Cs para hacer la remodelación, Ana Martínez Vidal recogió el guante y dijo que iba a nombrar a personas ‘con ADN cien por cien Ciudadanos’; se están produciendo movimientos y hay conversaciones y negociaciones. Limitar a ocho años la permanencia en los cargos públicos era uno de los compromisos que teníamos en nuestros programa. También hemos dado instrucciones desde el partido para llevar al pleno del 10 de marzo la Ley de Buen Gobierno y Lucha Contra la Corrupción, que va a recoger el Estatuto del Alto Cargo y medidas de protección contra las puertas giratorias.

¿Contemplarán la reprobación a los altos cargos que se saltan el turno de vacunación?

Eso está en la reforma del Código Ético. La Consejería de Transparencia hace dos semanas acordó someterlo a una consulta pública. El viernes se lanzará una encuesta a los ciudadanos y, entre otras cosas, se van a preguntar cuestiones éticas de los altos cargos. Entendemos que el Código Ético es algo vivo, que debe atender a las circunstancias del momento. Si ahora mismo las vacunaciones de los altos cargos son una preocupación, van a estar en el Código Ético y no va a ser objeto de negociación, porque lo llevará esta Consejería al Consejo de Gobierno.

¿Qué va a pasar con la vicepresidencia, si Isabel Franco se niega a cederla?

No hay nada cerrado todavía, porque será un movimiento, no se hará en varias fases, si se ha de hacer.

¿Hay posibilidades de que continúe en su puesto?

En una reestructuración del Gobierno intensa lo primero es fijar qué competencias se van a mover, qué servicios se van a reestructurar y lo últimos es pensar en las personas. Primero hay que buscar la funcionalidad y luego los partidos deberán determinar qué personas deben ocupar cada cargo. Pero Cs quiere hacer reajustes en sus competencias.

¿Cuánto puede tardar la remodelación?

No nos ponemos fecha para la reestructuración. Lo importante es que se haga bien, pero entendemos que será más pronto que tarde.

Su Consejería va intensificar la labor de fiscalización sobre la corrupción.

Se puede llegar a la confusión de creer que Transparencia es una ‘auditoría D’, pero eso debe hacerlo la Intervención. Desde la Asamblea se va a impulsar una auditoría de gasto a consejerías concretas o a entes y desde la Consejería se requerirá a Salud el listado de los vacunados, con todo el respeto a la protección de datos. Transparencia no es algo que solo puede hacer esta Consejería, sino también la Asamblea.

"El mundo del fútbol tiene las mismas aristas que la política"


P ¿Cómo acabó un alicantino de directivo del Real Murcia?

R Yo vine a estudiar a Murcia, porque tenía una Facultad de Derecho fantástica, y desde los 18 años no me he movido. Me casé con una vecina de Beniel, mi hija nació aquí y me establecí aquí. Poca gente entiende que la Vega Baja está muy cercana a Murcia. El Pilar de la Horadada o Torrevieja tienen mucha vinculación con la Región. Yo entré en el Real Murcia en una época muy convulsa y entré sobre todo porque entonces tenía dos clientes que eran patrocinadores del club y me propusieron a Raúl Moro como directivo. Por eso formé parte del consejo de administración.


P ¿Cómo recuerda esa etapa? 

RFue una época muy atractiva y muy sugestiva, pero con muchas aristas, tal y como comenté en mis charlas con Ángela Moreno (redactora de Deportes de La Opinión). El mundo del fútbol tiene las mismas aristas que la política.


P ¿La experiencia del mundo del fútbol le sirve en la política?

R Ha sido muy enriquecedora, difícil. Es un mundo aparte, como Venus, es otro planeta. Los mayores problemas son una lesión, un jugador que se quiere ir a jugar a otro país porque le pagan más, aunque hace dos días se besaba el escudo y todo el público lo amaba. En el fútbol he visto los sentimientos más expuestos a flor de piel y discusiones más tensas que en la política. Pero en la Asamblea hay mucho histrionismo.