La restauración de los cauces de las ramblas que nacen en la Sierra Minera de Cartagena y La Unión y desembocan en el Mar Menor comienza a coger fuerza ante la urgencia de poner una solución sólida a las escorrentías cargadas de metales pesados que circulan hasta la laguna durante los episodios de fuertes lluvias. Estos se han hecho más frecuentes en los últimos años en la Región de Murcia y su impacto en las ramblas mineras acaba por alterar aún más si cabe la morfología natural de sus cauces.

La intervención que plantea el Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la Confederación Hidrográfica del Segura, es fijar una serie de proyectos de restauración hidrológico-forestal para la reducción del riesgo de inundación y la mejora ambiental de la ramblas de Las Matildes, la del Beal, el Barranco de Ponce y la rambla de la Carrasquilla. Estos planes pasarían por intervenir en los cauces para favorecer la laminación de los caudales y recuperando las zonas de inundación naturales o generando nuevas, con el objetivo de retener los sedimentos acompañados de metales pesados procedentes de las balsas y escombreras de la Sierra Minera antes de que entren en el Mar Menor o que se queden estancados en el humedal de Lo Poyo. Para esto, y según las primeras actuaciones que se plantean en la memoria ambiental de los proyectos de restauración de las cuatro ramblas, es necesario reparar y reforzar 13 kilómetros de los cauces de las ramblas de Las Matildes y del Beal (tres kilómetros en cada una), del Barranco de Ponce (2 km) y en la Carrasquilla (5 km). En las diferentes áreas de estos cauces donde es necesario actuar y que ya se han identificado se deben simultanear los trabajos de laminación de caudales, trabajar en la infiltración natural y los sedimentos sólidos. En total, las actuaciones de mejora de laminación mediante movimientos de tierra abarcarían un total de 40 kilómetros, 215 hectáreas de superficie, donde la mayor incidencia la tendría la rambla del Beal. Las obras planteadas son sobre terrenos fuertemente alterados por la mano del hombre o efecto de las fuertes precipitaciones que ya han generado taludes de alta pendiente y que provocan una fuerte erosión en el lecho de la rambla durante las avenidas de aguas torrenciales.

Entre todas las intervenciones que el Ministerio plantea para las cuatro ramblas al sur del Mar Menor, se podría retener un volumen de agua en torno a un millón de metros cúbicos, es decir, mil millones de litros de agua. Con la mejora de las superficies inundables, el Beal tendría 50 hectáreas de espacio para la retención de agua con un volumen de 368.000 metros cúbicos, la de Ponce 31,2 hectáreas con 234.000 m3, la Carrasquilla con 13,8ha con 103.000 m3 y la de Las Matildes 35,3 ha con 265.178 m3.

Para la corrección hidrológica de las ramblas se pretende consolidar taludes de cauces, retener sólidos en suspensión y crear ambientes favorables para el desarrollo de vegetación autóctona. Las primeras estimaciones señalan que sería necesario construir un total de 22 diques de mampostería y 20 rastrillos de gaviones repartidos a lo largo de las cuatro ramblas.

Revegetación

A esto también vendría una actuación de revegetación de los taludes de los cauces y sus márgenes de forma que se reduzca la erosión y las velocidades de los caudales. Estas barreras vegetales se pretenden que sean con especies autóctonas, y Transición Ecológica plantea trabajos de eliminación de flora invasora en los cauces y en las cuencas de las ramblas. Se contempla la eliminación de especies invasoras en un área de 67 hectáreas y una restauración con flora autóctona en 109 hectáreas. Los mayores trabajos de restauración vegetal se darían en la cabecera de la rambla de Las Matildes, donde se llegarían a construir cinco diques de contención y otro en el tramo del cauce a su paso por El Beal.

En la rambla del Beal los diques irían también en la cabecera y a su paso por el Llano, pero los rastrillos se instalarían en la entrada al humedal de Lo Poyo por el cauce. Las barreras vegetales estarían planteadas para casi todo el tramo de la rambla antes de llegar al humedal.

En la rambla de Ponce el planteamiento iría encaminado en la misma proporción que las anteriores pero en la de la Carrasquilla los diques estarían más repartidos en las diversas ramificaciones de la cabecera.

‘Confinar’ los metales pesados sobre un lecho de caliza

Las grandes superficies de depósitos de materiales contaminados con metales pesados preocupa en la proyección de las obras de mejora de las ramblas. Por las fuertes lluvias, los lechos de los cauces contienen actualmente concentraciones muy elevadas de metales pesados, que con cada avenida son arrastrados hacia el Mar Menor, a la par que los cauces van recibiendo nuevas aportaciones desde las cuencas vertientes. 

El planteamiento de cómo tratar estos residuos pasa por asegurar que las tierras extraídas por la excavación del cauce se reutilizarán en la construcción de motas y remodelación del terreno, es decir, se llevará a cabo la reubicación de materiales resultantes de la remodelación fisiográfica de los cauces, en el entorno próximo. En el caso de que estos materiales contengan metales pesados, se les dará el tratamiento oportuno para confinarlos, en principio depositándolos sobre un lecho de caliza (para que no migren hacia el subsuelo), se cubrirán también con una capa de caliza y posteriormente con una capa de tierra vegetal. Por último, se procederá a la revegetación de las motas creadas.

El Ministerio plantea que los materiales contaminados se acumularán en los diques y rastrillos proyectados, «pero estos sedimentos con metales pesados ya existen actualmente en todos los cauces y en sus márgenes, y su acumulación en determinados puntos (en los diques y rastrillos) no supone un empeoramiento de la situación, sino que, por el contrario, facilitarán su tratamiento o directamente su retirada, lo que en la situación actual no es posible por estar dispersos por todo el cauce y los márgenes». 

La memoria ambiental de los proyectos de restauración recoge la indicencia que han tenido los metales pesados sobre el humedal de Lo Poyo: «La presencia de millones de toneladas de residuos mineros procedentes de las explotaciones mineras de la Sierra de La Unión-Cartagena sepultaron los antiguos suelos bajo una capa que llega a alcanzar más de dos metros de espesor».

30 millones de euros para las cuatro actuaciones

El Ministerio para la Transición Ecológica plantea invertir 30 millones de euros en las actuaciones dentro de las cuatro ramblas, siendo la del Beal la que más dinero tendría, con 10 millones, seguido de las Matildes (9,2 millones), Ponce (5,8 millones) y la Carrasquilla (4,2 millones). La laminación y restauración de los cauces se llevan prácticamente la totalidad de las inversiones en cada rambla, cuyas obras se prevé que comiencen el próximo año y durarán hasta 2024, según la Confederación Hidrográfica del Segura.