En plena polémica por los vacunados que se saltaron el protocolo en la Región, cuando los hospitales aún están abarrotados de ingresados por covid y los sectores de la hostelería y del turismo claman por ayudas que nunca llegan, Pepa Bueno, directora del programa de radio Hora 25 (La SER), abandona la «olla a presión de Madrid» y esta noche, de 20 a 23.30 horas, presenta desde Murcia. «Es esencial para el periodismo mirar la realidad cara a cara».

Seguro que la covid supuso un reto a la hora dirigir Hora 25.

Totalmente. En aquellos primeros meses cambió de forma radical porque tuve que aprender a dirigir en directo tres horas de actualidad desde una habitación de mi casa. Lo bueno es que así nos dimos cuenta de que podíamos llevar el programa casi a cualquier sitio. Echo de menos tener invitados en el estudio, los debates en la redacción y las reuniones con el equipo. A mí me preocupaba que mi mirada se estrechara y perdiera perspectiva.

Parece que no. ¿Qué les espera a los murcianos esta noche?

Vamos a Murcia a conocer cómo están viviendo los sectores más dinámicos de la sociedad este parón. Queremos saber cómo están de estado de ánimo los murcianos, cómo llevan la pandemia y, por supuesto, ocuparnos de las disfunciones que por el camino hemos observado. Vamos con la ambición de escuchar. No es la primera vez que Hora 25 se acerca a la Región, ya hicimos un monográfico del Mar Menor y también queremos chequear cómo se encuentra.

Entre esas disfunciones están los vacunados VIP. Políticos, altos cargos y curas. ¿Seguimos anclados en el caciquismo?

Es así en toda España, y también ha ocurrido en algún que otro país; lo digo para quitarnos de encima los complejos. A mí me provoca una profunda tristeza. Que alguien se salte una cola para vacunarse es una corruptela. Lo que me asombra es que todos digan que pensaban que lo que hacían estaba bien. Si eso era así, ¿por qué no lo contaron?

"Yo prescribiría escuchar un día a la semana a alguien que esté en tus antípodas"

En Murcia hay una guerra abierta entre Gobierno regional y central por la gestión de la covid. ¿Se ha lavado las manos el presidente Sánchez, como dice López Miras?

Yo no creo que haya ni un dirigente político que no haya hecho todo lo que crea que había que hacer. Se pueden analizar aciertos o errores, pero nadie se ha desentendido. Errores ha habido muchísimos y los hemos subrayado permanentemente. Por ejemplo, sí que creo que la vacunación hubiera precisado de un programa nacional liderado por el Gobierno central.

Pablo Casado dice que el Partido Popular de la caja B es «otro PP». ¿Qué le parece?

Creo que Casado pertenece a una generación que no estaba ahí. Era vicesecretario de Comunicación del PP en 2016 y se están juzgando cosas de ese año y de muchos antes. Pero para mí tiene que reconocer lo que ha pasado, no solo marcar distancias.

Iñaki Gabilondo ha abandonado hace poco el periodismo político por «empacho». ¿Se siente igual?

Estamos todos saturados y preocupados. La polarización es peligrosa para la democracia y letal para el periodismo. Es difícil obtener respuestas que tengan grises y matices. Los políticos están enclaustrados en los intereses de sus partidos. Es una dinámica suicida incluso para ellos a la que no se le ve horizonte. Yo prescribiría escuchar un día a la semana a alguien que esté en tus antípodas.

"Ay de mí el día que dé por supuesto que no tengo que crecer, ese día estaré muerta profesionalmente"

Muchos oyentes o lectores solo quieren escuchar o leer noticias que confirman su manera de pensar.

Eso mata al periodismo porque nosotros no hemos venido para hacer amigos, sino a contar lo que pasa. Ahora, además, tenemos un ‘feedback’ inmediato. Yo digo «Buenos días» y enseguida alguien me responde «Buenos días lo serán para usted» (ríe). Hay que reponerse a eso. No pueden interferir en nuestro trabajo. No deja de ser un intento más para presionar a los periodistas.

¿Ha cambiado mucho usted desde que presentó el programa Gente en los noventa?

Espero, si no, mala cosa. He hecho prácticas en Badajoz, he sido redactora y reportera en Teruel y Zaragoza, trabajado con información local en otros sitios, luego Gente, Los Desayunos... Ay de mí el día que dé por supuesto que no tengo que crecer, ese día estaré muerta profesionalmente.

En 2019 cambió las mañanas de Hoy por hoy por las noches de Hora 25. ¿Echa de menos madrugar?

Los madrugones no los echo de menos en absoluto. Hoy por hoy fueron para mí unos años maravillosos. Me permitió poner los carriles por los que discurre la actualidad. Pero ya está. Ya lo hice (ríe). Ahora, en Hora 25 echamos la vista al día y rescatamos toda la información. Es otro ejercicio periodístico precioso. 

Precisamente, la semana que viene publica su primer libro, Vidas arrebatadas. ¿Nerviosa?

Todas las primeras veces tienen su parte de emoción. Este es un libro de periodista que cuenta la historia de dos huérfanos de víctimas de ETA, en concreto, del atentado de la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza. En los 80 nos preocupaban las víctimas hasta que se apagaban los focos. Pero estos chicos estuvieron muy solos, les falló todo el mundo. Me parecía que había que rescatar su historia.

En los últimos años se está recuperando mucho el interés por ETA: series, documentales, libros... ¿Por qué escogió este tema?

Toda mi vida consciente y, por supuesto, profesional, ETA ha estado allí. Además, soy de una tierra que ha dado muchos guardias civiles asesinados por la banda terrorista. Supongo que, ahora que la democracia ha vencido a ETA, toca recuperar memoria e historias que, en el fragor de la lucha, no les prestamos atención.  

EN CORTO

¿Trabajar por las mañanas o por las noches?

Las noches.

¿Radio o televisión?

Ahora radio.

¿A quién no ha entrevistado y le gustaría hacerlo?

A mucha gente, es imposible decir un nombre.

La entrevista más desagradable que ha hecho.

Desagradable no, pero he hecho muchas muy tensas. Mi oficio es preguntar para obtener respuestas y no todo el mundo lo entiende.

La noticia que más le agradaría dar.

Que se acaba la pandemia.

¿Cómo desconecta el fin de semana?

Yo estoy siempre 'ON'. No me recuerdo 'OFF' casi nunca. De todas formas, la pandemia me lo ha puesto todo muy difícil. A mí me encanta encontrarme con los amigos, sobremesas largas... Ahora desconecto leyendo, viendo series y frente a una pantalla hablando con gente querida.

¿Con qué libro se queda de los que ha leído durante esta pandemia?

El último que me ha encantado es Miss Marte, de Manuel Jabois. Ha hecho una novela preciosa y muy conmovedora. También he leído Gambito de dama, cuya serie también he visto. Y releí La peste, de Albert Camus, como tantos españoles.

¿Le gusta su voz cuando se escucha en la radio?

Siempre hay una ajenidad y me pregunto si esa soy yo. Siempre he tenido la misma voz grave desde los 14 años, pero la tengo que querer. La quiero y la mimo porque es mi herramienta de trabajo.

Hora 25 empieza a las 20 horas. ¿Cena con el horario de los ingleses?

No, trabajo mejor con el estómago vacío, así que ceno después, todo lo contrario al horario de los ingleses (ríe). Hago una cena súper española a las 23.45 o 0 horas.

¿Badajoz o Madrid?

No son excluyentes. Me fui muy joven de Badajoz, pero es el lugar de mi infancia y me recuerda a mis padres, que murieron jóvenes. Y a Madrid la adoro. Siempre he pensado que la hicieron para mí y soporto muy bien los problemas ligados a una gran ciudad.