Centenares de metros de tela quedarán sin confeccionarse en los principales negocios de indumentaria tradicional de cara a la Semana Santa y Fiestas de Primavera de la Región de Murcia. Carrocistas que veían en esos día s la esperanza para cubrir los gastos que no cesan aún con la actividad paralizada y, como consecuencia, tienen cero ingresos. Familias enteras que se ven abocadas a la ruina por la suspensión de esta festividad por segundo año consecutivo. Pirotécnicos que apenas facturan un 5% de lo que sería un año sin coronavirus, sin olvidar el impacto económico que supone no celebrar el Bando de la Huerta y los distintos eventos que lo acompañan como la elección de Reinas de la Huerta, el Bando de la Huerta Infantil o la Ofrenda de Flores a la Virgen de la Fuensanta. Según Juan Pablo Hernández, presidente de la Federación de Peñas Huertanas, «las pequeñas y medianas empresas dejarán de facturar más de 300.000 euros entre floristas, pirotecnias, carrocistas, tractoristas, imprentas, pintores, fotógrafos, decoradores, bandas de música, ferreterías, empresas de sonido e iluminación y empresas de alquiler de escenarios y sillas». A esto hay que añadir el brutal mazazo a la economía murciana por el hecho de no montar las barracas: «Habrá más de medio millón de euros de pérdidas entre electricistas, fontaneros, carpinteros, carniceros, panaderos y un largo etcétera de proveedores».

Estas fiestas suponen «un gran balón de oxígeno para los autónomos, las pequeñas y medianas empresas de nuestro municipio, una economía circular que se rompe por segundo año consecutivo y que es un perjuicio muy grave para la economía local» añade Hernández. El presidente de la Federación de Peñas Huertanas sentencia afirmando que «hay que sumarle el dinero que mueve la hostelería en estos 15 días de fiesta, así como las pernoctaciones en hoteles, taxis y transporte en general durante la Semana Santa y el Entierro de la Sardina».

El presidente de la Agrupación Sardinera, José Antonio Sánchez, va mucho más allá y afirma que el impacto económico sería de 40 millones de euros de pérdidas al suspenderse las Fiestas de Primavera: «Solo el presupuesto para el Entierro de la Sardina es de dos millones».

Los empresarios tienen los mismos gastos que antes de la pandemia: cuotas de autónomos, Seguridad Social, impuestos, alquiler de naves y otros recibos como el de la luz y el agua. Sin ingresos tiran de ahorros hasta agotar el plan de pensiones. Es el caso de José Martínez, gerente de Carrozas Esteban. El negocio lo abrió su padre en el año 1950 y se ha ido consolidando década tras década: «Tengo 64 años y ya no me puedo jubilar porque todo lo que tenía ahorrado lo he gastado para poder comer y pagar gastos durante la crisis del 2012 y la de ahora». Explica Martínez que «antes por lo menos en vez de facturar 50, se facturaba 20 y más o menos se iba tirando», pero «ahora no se factura nada de nada, un bajón del 100%». Al comienzo de la pandemia se contagió del virus, por lo que entiende que es imposible celebrar las Fiestas de la Primavera debido a la tercera ola de la covid, que ha segado la vida de más de mil murcianos.

Los empleados están condenados al paro o al ERTE y en los mejores casos a la reducción de horario y sueldo. En esa situación están las tres modistas que constituyen Canon & Cánovas, un negocio de confección de indumentaria tradicional. José Dimas, el gerente, cuenta que se ha dejado de confeccionar más de 150 metros de túnicas para las más de diez cofradías de Murcia: «Con la suspensión de la Semana Santa del año pasado y de este, no se ha podido vender nada».

«Aún no nos hemos recuperado de la inversión que hicimos para la Semana Santa del 2020, ya que justo nos estalló la pandemia», manifiesta Dimas.

En esta misma línea, Julián Jiménez, gerente de Paño y Seda - otro negocio dedicado a la confección de trajes tradicionales - expresa que a las pérdidas ocasionará el 2021, hay que sumarle todavía las del 2020: «El año pasado fuimos tirando día a día ya que el confinamiento nos pilló a media campaña y ya teníamos muchas ventas realizadas y entregadas teniendo muchos encargos de los cuales hemos dado una vez terminado el confinamiento». Afirma que «las pérdidas en los meses de campaña pueden llegar al 80%, y partir de abril con las peñas huertanas cerradas a cal y canto podemos hablar de un declive del 65% en venta diaria, ya que el sector está muy parado». Lamenta que al menos «quedarán colgados 120 trajes completos entre los de niños y los de adultos (zaragüel, camisa, faja, esparteñas), contando también con el de las candidatas a Reinas de la Huerta (refajo, delantal, corpiño, mantón, enaguas y pololos)».

En el ERTE también se encuentran los trabajadores de Pirotecnia Murciana, seis familias en total. El nulo consumo de piroctenia en fiestas se traduce en una merma de ingresos considerable. Alberto Palazón, gerente de la empresa bicentenaria, revela que han dejado de facturar un 98% menos de lo habitual «porque no hay fiestas de ningún tipo desde el pasado mes de marzo». Cuenta, apenado, que «las esperanzas estaban puestas en la Semana Santa, en las Fiestas de Primavera y también en las Fallas de Valencia, pero todo se ha suspendido».