En pleno impulso por la internacionalización en las universidades de la Región de Murcia, con estrategias dirigidas a ampliar los destinos de las movilidades al extranjero y arañar cada euro para lograr más financiación en esta área, la salida del Reino Unido del programa Erasmus ha obligado a repensar qué hacer con las decenas de estudiantes que van cada año a formarse a tierras británicas.

El próximo curso académico 2021-2022 (hasta el 31 de mayo de 2022) será el último en el que el paraguas del programa Erasmus cubra los gastos y permita la movilidad de los estudiantes que ya hayan solicitado plaza poder estudiar en universidades británicas. Pese a que el Brexit ya se ha hecho efectivo e incluso Reino Unido ya ha anunciado un nuevo programa de movilidad internacional (Turing), la Comisión Europea da ese margen para terminar las becas un poco más tarde por los problemas ocasionados por la pandemia del coronavirus.

La Universidad de Murcia, que está terminando la convocatoria del programa Erasmus para el curso próximo, ya tiene 100 solicitudes de estudiantes que pese a los inconvenientes que plantea el viajar y hacer una estancia en el Reino Unido han decidido embarcarse en el último año del Erasmus allí. El perfil de estos estudiantes es el de un universitario con un alto nivel de inglés y con un muy buen expediente académico, por lo que la UMU entiende que la demanda seguirá existiendo. Hasta mayo del próximo año tiene, pues, tiempo para buscar soluciones.

Entre ellas estaría la de crear convenio bilaterales con las universidades británicas con las que ahora mantenía un intercambio de alumnos. «No tenemos miedo al Brexit, contamos con la experiencia de mandar alumnos a Estados Unidos, Canadá o países asiáticos y debemos tratar ahora a Reino Unido como un tercer país. No podemos dar un paso atrás en la internacionalización», explica la vicerrectora de Investigación e Internacionalización, Senena Corbalán. Ahora también toca buscar financiación para pagar billetes, transporte urbano, estancia y determinar cómo cubrir matrículas en un país como el Reino Unido que cobra hasta 25.000 libras por ella. «Tenemos que buscar algún tipo de fondo, tal y como se financian otras becas de movilidad (apoyo de entidades bancarias)», refleja la vicerrectora, que adelanta que esto podría suponer una reducción en el número de estudiantes que van a Reino Unido al no poder cubrir el coste de todos los que viajaban con el programa Erasmus. Pone como ejemplo la convocatoria de 18 plazas de intercambio con universidades de los EE UU, Australia y Canadá a través del Programa ISEP para el próximo curso.

Corbalán no descarta otras estrategias como potenciar los convenios con las universidades de Irlanda que permita suplir la pérdida del Erasmus en el país vecino o desviar alumnos a universidades europeas con las que la UMU negocia un aumento de plazas universitarias para viajar.

Esta última solución es la que plantea la Universidad Politécnica de Cartagena para las escasas movilidades que mantiene hacia el Reino Unido. Con Erasmus tenían acuerdos con universidades en Coventry, Brighton, Edimburgo (Escocia) o Belfast (Irlanda del Norte) para movilidades de estudiantes, personal docente o investigador y para doctorado. En un principio la institución podría aportar fondos propios para mantener mediante convenios bilaterales estos destinos, pero actualmente no recibe estudiantes de Gran Bretaña. Esto llevaría a intentar, sobre todo, reconducir estas plazas hacia los países integrados en la Universidad Europea de Tecnología, donde la politécnica forma parte junto a otras siete universidades de Francia, Letonia, Rumania, Chipre, Bulgaria, Irlanda y Alemania. «El objetivo prioritario del equipo rectoral es la adaptación de nuestro sistema de internacionalización a ese consorcio con universidades europeas, por lo que buscaríamos reconducir la movilidad a las instituciones que están dentro de este grupo», explica Beatriz Marín, jefa del servicio de Relaciones Internacionales de la UPCT. Para no perder los convenios con países de habla inglesa, Marín subraya que podrían fomentar los intercambios con la Universidad de Dublín.

La UCAM ha reorganizado su estrategia en dos direcciones. Por un lado, una parte de los alumnos interesados en ir al Reino Unido, siguen con ese deseo, por lo que hemos renovado acuerdos de cooperación, aunque con un formato distinto, con parte de esas universidades, facilitando así que esos alumnos puedan tener la movilidad que desean, destacando entre ellos los del área de Turismo.

«Otra parte de los estudiantes que en un principio habían mostrado interés en desplazarse al Reino Unido han decidido rechazar ese destino y han pedido derivar su movilidad hacia otros, muy diversos, como Irlanda, Holanda, Malta e incluso los países nórdicos, bálticos o Alemania», señala la institución privada. El Brexit, junto con el cierre de fronteras por las fases de evolución de la covid en Reino Unido han sido determinantes «para desalentar a nuestro alumnado en la dirección inicial».