La Comunidad Autónoma había alcanzado un déficit del 0,83% del PIB hasta noviembre, que se situaba en 242 millones de euros, frente al 1,34% registrado en 2019. Esto supone una reducción de 191 millones respecto al pasado año, a pesar de la caída de la economía nacional provocada por la pandemia y el confinamiento, que ha desplomado el PIB al -11% y ha registrado el mayor descenso desde la Guerra Civil, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El INE no ha facilitado todavía los datos regionales sobre la caída del PIB en 2020, pero las previsiones conocidas hasta ahora, entre ellas las del BBVA Research, apuntan que la economía regional puede haber salido algo mejor parada que la media de las comunidades.

De acuerdo con el avance de contabilidad nacional publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística, la demanda nacional (consumo e inversión) es responsable de nueve de los once puntos de la contracción de la economía, en un año en el que el confinamiento severo del segundo trimestre ha marcado negativamente todo el ejercicio.

En el cuarto trimestre el PIB avanzó un 0,4 % respecto al trimestre anterior, pese a las previsiones que auguraban una ligera recaída.

Este 0,4 % supone una moderación significativa respecto al crecimiento del 16,4 % del tercer trimestre, que es achacable a las nuevas restricciones administrativas para hacer frente a la tercera ola no solo en España sino también en los países a los que exporta. La contribución negativa de la demanda externa (exportaciones) fue de 1,9 puntos.

El PIB a precios corrientes se situó en 1.119.976 millones de euros, un 10 % inferior al de 2019.

Por otra parte, la Comunidad ha reducido el déficit al 0,83% en los once primeros meses del año debido fundamentalmente a las aportaciones del Estado a la Administración regional destinadas a cubrir los gastos extraordinarios que ha provocado la crisis sanitaria.

Todas las comunidades, salvo Navarra y País Vasco, registran hasta noviembre de 2020 un comportamiento mejor que hace un año. Además de estas dos regiones y de Murcia, también están en números rojos Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. El resto, es decir las doce comunidades restantes, lograron un superávit.

El impacto derivado de la covid-19 en las administraciones regionales alcanza los 7.089 millones en gasto socio-sanitario hasta noviembre, según los datos aportadas por las propias comunidades.