Felipe Coello, el concejal de Salud y Deporte del Ayuntamiento de Murcia que recibió la dosis contra la covid-19 alegando que era necesario para que pudiera colaborar con el proceso de vacunación a la población, asegura que no va a dimitir de su cargo porque ha seguido «estrictamente» el protocolo.

No obstante, Coello ha reconocido que ha tenido que dejar de vacunar a los murcianos porque el alcalde, José Ballesta, se lo pidió. «Que siga haciéndolo o no depende de él», afirmó ayer a esta Redacción. Visiblemente molesto con la polémica en la que se ha visto inmerso la últimas dos semanas, recuerda que él ocupaba sus «huecos libres» en el Ayuntamiento para administrar vacunas mientras otros «estaban en su casa sin hacer nada».

Todos los grupos municipales han pedido la dimisión de Coello no solo por haberse vacunado «saltándose el protocolo», sino también por estar dedicándose en primera persona a vacunar a la población sin haber recibido la formación necesaria para hacerlo, algo que él, licenciado en Medicina, niega.

Considera que está recibiendo las críticas de la oposición por no haber sido un «rival cómodo» para ellos, ya que mantienen que lo ha hecho todo correctamente: «No he buscado nunca ni una foto, como se me acusa, ni tengo nada de lo que arrepentirme. Sabía muy bien lo que hacía y me encuentro orgulloso de haberlo hecho», explica el edil el PP.

«Me meten en el mismo saco»

Felipe Coello reconoce que el proceso de vacunación en la Región de Murcia, así como en otras comunidades, no se ha llevado a cabo como debía: «Es verdad que hay gente que no se tenía que haber vacunado, pero no es mi caso. No se puede meter a todos en el mismo saco».

El sindicato UGT pide que se deje de "criminalizar" a los empleados públicos

La Federación de Empleados y Empleadas de los Servicios Públicos de UGT (FeSP-UGT) Región de Murcia pidió ayer que «se deje criminalizar al personal de los Servicios Públicos por las malas decisiones de los gestores autonómicos del protocolo de vacunación contra la Covid-19».

El sindicato quiso mostrar su apoyo a los funcionarios que han sido vacunados y cuya labor está en tela de juicio por «un burdo juego político».

Desde UGT manifiestan que «es patente que hubo mala praxis en la aplicación del protocolo», pero la organización sindical ha recordado que «los empleados públicos no tienen ni voz ni voto en este tipo de cuestiones y son otros los que dan la orden de a quién le toca o no el turno» en referencia al protocolo de vacunación en el que se habría incluido a varios funcionarios.

Desde el sindicato insisten en que «el personal de Servicios Públicos cumplió con su deber al apuntarse en las listas cuando debía, como le reclamaron sus superiores, y atendió a su turno, cuando se le llamó».

Finalmente, piden que «dejen de lanzar cortinas de humo para desviar la atención sobre su responsabilidad».