El terremoto político que ha afectado en los últimos días a Molina de Segura después que la alcaldesa Esther Clavero confesase que se saltó el protocolo y se puso la vacuna contra el coronavirus deja otra duda más en el horizonte: ¿De qué forma se va a solucionar el enrevesado panorama político municipal?

Con la suspensión cautelar de su militancia como socialista, Clavero se podría ver en las mismas circunstancias que la actual alcaldesa de Cartagena, CartagenaAna Belén Castejónque también fue expulsada del partido por pactar con el PP y Cs tras las elecciones municipales de 2019. En este caso, el resto de ediles socialistas también fueron suspendidos de militancia por apoyar a Castejón y el PSRM tuvo que nombrar a una gestora en PSOE cartagenero. Lo cierto es que, de momento, el cargo de Clavero sigue pendiente de un hilo, a pesar de que se niega a dimitir y pretende seguir al frente del Consistorio. Con el paso de las horas lo tiene más difícil para seguir en el cargo que consiguió en el año 2016 -tras la renuncia del regidor popular Eduardo Contreras- y que revalidó hace ahora año y medio en unas elecciones municipales para la historia en el municipio molinense: el PSOE ganaba los comicios por primera vez desde1991 y la formación pasaba de seis a doce concejales en cuatro años.

Tras contar con el apoyo de Mariano Vicente, el único concejal de Podemos en la Corporación Municipal, la regidora pudo formar con mayoría absoluta un equipo de Gobierno de coalición. Ahora, todo este plan se le ha desmoronado, ya que el propio Vicente ha exigido su dimisión y el PSOE la ha dejado sin carné de militante y, dadas las circunstancias, si decide seguir formando parte de la Corporación Municipal, lo haría como concejal no adscrita.

El líder del PSOE en la Región, Diego Conesa, sostiene que ahora «es el momento de que ella se defienda y dé sus explicaciones», por lo que de momento no se sabe si se instará al resto de ediles socialistas a que dejen de apoyar a Clavero ante una posible moción de censura. Los concejales socialistas tendrían que inclinarse entre obedecer a Conesa o ser 'leales' a Clavero y pasarse al grupo de no adscritos. Si es así, Molina de Segura se podría convertir en la 'otra Cartagena' al tener a gran parte de sus representantes políticos como no adscritos tras 'revelarse' contra las directrices que marque el propio Conesa desde la sede socialista murciana de la calle Princesa.