El coronavirus sigue cobrándose la vida de más habitantes de la Región. Un total de doce personas fallecieron el pasado lunes por la covid, en una jornada en la que se detectaron 1.635 contagios, según anunció la Consejería de Salud, quien alertó de que el sistema sanitario está en estado «crítico» por la presión asistencial, con 852 ingresados en hospitales (137 más que el domingo), de los que 119 están en cuidados intensivos.

Los fallecidos de coronavirus son ocho hombres y cuatro mujeres con edades comprendidas entre los 61 y los 91 años y vecinos de Cartagena (3), Lorca (2), Murcia, Águilas Puerto Lumbreras, Fuente Álamo, Mazarrón, Torre Pacheco y Calasparra.

De los 1.635 nuevos casos, 546 corresponden al municipio de Murcia, 221 a Cartagena, 105 a Lorca, 61 a Molina de Segura, 56 a Yecla, 52 a Cieza, 45 a Torre Pacheco, 43 a Caravaca de la Cruz, 36 a Mula, 33 a Alcantarilla, 30 a Mazarrón, 29 a Águilas, 29 a Moratalla, 25 a San Javier y 25 a Las Torres de Cotillas. El resto están repartidos entre diversas localidades.

El portavoz técnico del Comité de Seguimiento Covid, Jaime Pérez, apuntó que el sistema sanitario está «crítico», una vez que la capacidad habitual de las unidades de cuidados intensivos es de 120 plazas, cuando hay 119 pacientes con covid, aunque indicó que el plan de contingencia contempla hasta 350 plazas de este tipo y 500 más de hospitalización.

Por ello, Pérez recordó que han decidido cancelar durante los próximos quince días las consultas externas y las vacaciones para el personal sanitario, así como adelantar el cierre de los comercios no esenciales a las 20 horas, cuya entrada en vigor se ha producido hoy, para reducir la movilidad y evitar accidentes o enfermedades que puedan aumentar aún más la presión hospitalaria.

Ante la imposibilidad de adelantar el toque de queda, destacó que la Región ha habilitado esta norma específica que va a tener la misma duración y esperó que eso «sea suficiente».

En este sentido, Pérez corroboró que el comercio «es seguro» con el uso de mascarillas y adoptando las medidas establecidas, por lo que el motivo del cierre a partir de las 20.00 horas es «intentar reducir la movilidad y la actividad para conseguir que la presión asistencial baje, no solo por la propia pandemia, sino para evitar accidentes y cualquier otra cuestión que pueda sobrecargar el sistema sanitario en un momento en el que está crítico».

El epidemiólogo remarcó que, aunque parece que hay una «estabilización» en el número de contagios, hay que esperar hasta el final de la semana para comprobar si es una tendencia que haga pensar que se ha llegado al pico de la tercera ola de la pandemia en la Comunidad.

Asimismo, achacó a la climatología invernal que haya una mayor transmisión intradomiciliaria en esta tercera ola de la pandemia, ya que hay una «menor ventilación» de los domicilios, la interacción social es más intensa y las actividades al aire libre se ven reducidas por la llegada del frío. «Volvemos a apelar a la corresponsabilidad de la sociedad en general, porque afrontamos semanas que van a ser difíciles», sentenció Pérez.