La contratación de personas con discapacidad ha caído un 23,5 por ciento durante 2020 en la Región de Murcia, lo que supone el mayor descenso de la última década, según se desprende del informe 'Discapacidad y expectativas para la nueva década', elaborado por la Fundación Adecco en colaboración con CHM Obras e Infraestructuras.

El estudio, que está basado en una encuesta realizada a 600 personas con edades comprendidas entre los 18 y los 60 años, pone de relieve que este desplome se debió especialmente al parón en muchos sectores estratégicos como la hostelería o el turismo, que habitualmente emplean a profesionales con discapacidad.

En concreto, en la Región de Murcia se realizaron 2.499 contratos a personas con discapacidad, frente a los 3.265 del año anterior o a los 3.296 de 2018.

Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, "la concentración de los profesionales con discapacidad en sectores muy castigados por la crisis como la hostelería o el turismo ocasiona que se vean especialmente expuestos al desempleo y a la exclusión social en la era coronavirus".

"Asimismo, y aunque no figura en las estadísticas, nos consta que un porcentaje importante de los ocupados con discapacidad se emplea en la economía irregular, en condiciones de absoluta precariedad y desprotección, lo que ahonda aún más la brecha de desigualdad", ha agregado.

A esto se suma el descenso de actividad para este colectivo durante los meses de pandemia. Así, durante los meses más duros del confinamiento, el cierre de centros de día y la suspensión de servicios de apoyo educativo y terapéutico les obligaron a interrumpir bruscamente sus terapias y tratamientos, con el consiguiente freno en su desarrollo.

Asimismo, desde Adecco recuerdan que las medidas de distanciamiento llevan meses obstaculizando relaciones y estímulos sociales que, en el caso de las personas con discapacidad, pueden tener un impacto crítico en su desarrollo afectivo y emocional.

Por otra parte, las personas con discapacidad parten de una situación de desigualdad laboral que evidencia su mayor vulnerabilidad en tiempos de crisis, viéndose doblemente expuestos a situaciones de pobreza y/o exclusión.

En cuanto a las expectativas, la mayoría de los encuestados (70,1%) cree que la inclusión social y laboral va a estancarse, ya que el distanciamiento social y la crisis económica no ayudarán a normalizar la presencia de las personas con discapacidad en la sociedad.

Un 22,4% va más allá y cree que va a experimentarse un retroceso en el que las personas con discapacidad van a ser las grandes olvidadas. Frente a esta opinión, un 7,5% se muestra más optimista, defendiendo que la inclusión social y laboral mejorará en los próximos diez años, en los que van a darse pasos muy importantes para la plena inclusión.