Las secuelas del coronavirus pueden seguir apareciendo hasta meses después de haber pasado la enfermedad. Entre los principales problemas y síntomas que aparecen con el denominado 'síndrome de la covid persistente' están la fatiga, dolores de cabeza, mareos, la no recuperación total del gusto y del olfato o trastorno de la conciencia, advierten los facultativos.

José Gómez, médico en el centro de salud de Monteagudo y presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) en Murcia asegura que muchos pacientes que han vencido al virus, una vez dados de alta, tienen «dificultades en la concentración para hacer tareas cotidianas y para focalizar los pensamientos».

«Hemos venido apreciando pérdidas de olfato tras más de un mes de evolución, depresiones, problemas de ansiedad e insomio que necesitan tratamiento, así como cefaleas que mejoran muy lentamente porque no hay un tratamiento específico», señala Gómez, quien sostiene que, en general, se trata de pacientes «con un serio problema para incorporarse a su mundo laboral e incluso para su actividad diaria».

Para Gómez, la mejoría «se consigue de forma más rápida cuando el paciente acepta que las secuelas se irán poco a poco». En este sentido, recomienda a los afectados la realización de actividades de rehabilitación física o actividades intelectuales progresivas: «El paciente tiene que entender que tiene que esforzarse cada día y aceptar la medicalización. Si reforzamos su voluntad, la recuperación será asombrosamente rápida. Se 'cura' antes una persona alegre que otra deprimida que no muestra signos de ánimo».

Asimismo recuerda que nuestro sistema de defensa en el organismo necesita «tres pilares» para vencer las enfermedades, potenciar y estimular el sistema inmunológico: «alimentarse, dormir y tener una actitud optimista».

El perfil del 'paciente de covid persistente' es una mujer de 43 años y con más de 185 días padeciendo síntomas, entre un abanico de 200 como el cansancio, los dolores de cabeza y musculares, el bajo estado de ánimo o la falta de aire. Así se desprende de la encuesta realizada por la SEMG a más de 2.100 pacientes entre julio y octubre del pasado año.

En la encuesta se recogen hasta 200 diferentes síntomas persistentes, aunque son 87 los más repetidos por los participantes: los más frecuentes son cansancio/astenia, malestar general, dolores de cabeza, bajo estado de ánimo, dolores musculares o mialgias, falta de aire o disnea, dolores articulares, falta de concentración o déficit de atención.

También el dolor de espalda, presión en el pecho, ansiedad, febrícula, tos, fallos de memoria, dolor en el cuello y en las cervicales, diarrea, dolor torácico, palpitaciones, mareos y hormigueos en las extremidades pueden aparecer como síntomas de la 'covid persistente'.

El paso de un paciente con coronavirus en estado grave por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) agrava seriamente su estado mental. Tanto es así, que llegan a salir con una carga de diez años más en su estado cognitivo. Según Gómez, el deterioro cognitivo es de unos diez años más en estos enfermos que han logrado vencer al virus, pero que al salir de los hospitales se notan mucho más mayores mentalmente: «Una persona de 75 años que ingresa en la UCI por las complicaciones del virus y que logra salir sale del hospital como si tuviera 85 años», recalca el presidente de la SEMG en Murcia, quien señala que también tanto los pacientes hospitalizados en planta como algunos que han podido pasar el virus en aislamiento domiciliario, sufren también un deterioro mental de cinco años más.

Además, durante su ingreso en los hospitales, los enfermos también han sufrido síntomas de delirio. Según varios estudios publicados tras la primera ola de la pandemia, algunos pacientes con coronavirus experimentaron diversos problemas como confusión, agitación y alteración de la conciencia.