La presión asistencial que están sufriendo los hospitales y centros de salud de la Región de Murcia se ha cobrado como ´víctima', por tercera vez desde que se inició la pandemia, las prácticas clínicas de los alumnos de los grados de Ciencias de la Salud de la Universidad de Murcia y la Universidad Católica de Murcia. Solo los universitarios de los últimos cursos de Medicina y Enfermería continuarán con su formación en los centros sanitarios ya que estos cursos tienen un carácter más práctico.

El Servicio Murciano de Salud publicará en la tarde de este miércoles la resolución que aborda esta decisión y que afecta a cientos de estudiantes de los grados sanitarios, y entre los perjudicados estarían también los estudiantes de Farmacia o Fisioterapia. Fuentes consultadas señalan que esta decisión del SMS en un principio no tendría mucha repercusión sobre la formación clínica de los estudiantes ya que, por ejemplo, las prácticas de tercero, cuarto y quinto de Medicina y tercero de Enfermería no comenzarían hasta pasada la convocatoria de exámenes de enero, es decir, no se incorporarían a los servicios en los centros sanitarios hasta la primera semana de febrero.

Los centros clínicos como el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia ya habían comenzado a suspender prácticas clínicas el pasado lunes. Debido a la saturación que sufre el sistema sanitario murciano por la alta incidencia de la pandemia estos días, el SMS toma esta decisión para no sobrecargar determinados servicios que se orientan ahora a tratar casos clínicos por coronavirus.

El SMS también tiene previsto vacunar a todos los universitarios que están realizando o realizarán prácticas clínicas, según ha podido saber esta redacción. El próximo lunes deben comenzar los rotatorios por distintos servicios los alumnos de sexto de Medicina de la Universidad de Murcia.

Los médicos rechazan las nuevas órdenes para residentes

El Colegio de Médicos de Murcia ha mostrado su disconformidad con las nuevas instrucciones que el Servicio Murciano de Salud ha hecho llegar a los residentes de los centros sanitarios de la Comunidad ya que supone «una repercusión negativa sobre la formación de los futuros especialistas» y que la calidad asistencial empeorará, sobre todo en Atención Primaria.