Durante los últimos años la eutrofización que ha sufrido el Mar Menor, un proceso derivado de la sobrecarga de nutrientes en la columna de agua, ha originado el crecimiento desbocado de algas fitoplanctónicas que no ha dejado muy buena imagen de la laguna. Desde principios del pasado año hasta el verano, con la subida progresiva de las temperaturas en la zona, proliferaron algas filamentosas conocidas como 'babas' o 'mocos', sumado a la acumulación de biomasa en descomposición en algunas playas del Mar Menor. El crecimiento del alga Caulerpa en los fondos marinos de la laguna por su alta capacidad para absorber nutrientes también ha sido síntoma del proceso de eutrofización. Pero, ¿y si uno de los enemigos del Mar Menor se pudiera convertir en su mejor aliado?

El grupo de investigación en Reconocimiento y Encapsulación Molecular, perteneciente al departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Murcia, ha desarrollado durante los últimos años un enfoque sostenible en la limpieza de los caudales que desembocan en la laguna a través de las ramblas como la del Albujón mediante el uso de microalgas, un «bioabsorbente natural de compuestos dañinos».

Este grupo, liderado por el doctor en Química, José Antonio Gabaldón, ha logrado eliminar contaminantes ambientales presentes en las aguas residuales del cauce seco de la rambla del Albujón como forma de minimizar el proceso de eutrofización del Mar Menor. Esta investigación se ha centrado en eliminar de estas aguas tóxicos procedentes de la agricultura intensiva del Campo de Cartagena como nitratos, fosfatos y herbicidas como la simazina, atrazina o terbutilazina, así como otros contaminantes de origen urbano como productos farmacéuticos, en concreto la adenosina o el ibuprofeno. Gabaldón asegura que el empleo de microalgas para 'depurar' el caudal de las ramblas que vierten en la laguna podrían actuar como un filtro verde que sería sostenible medioambiental y económicamente, y gran escala. «Este estudio es el primero que combina la eliminación exitosa de pesticidas y fármacos como contaminantes emergentes, y la eliminación de nitratos», subraya.

La investigación, en la que también ha participado el grupo de investigación en Calidad, Seguridad y Bioactividad de los Alimentos Vegetales del CEBAS-CSIC y el departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Murcia, ha consistido en la toma de distintas muestras de microalgas, pertenecientes a consorcios distintos, en el cauce seco del Albujón, para más tarde analizar la capacidad de absorción de contaminantes en fotobiorreactores (tubos para el cultivo de algas) preparados en una empresa colaboradora, Buggypower, con sede de San Pedro del Pinatar y Lorquí.

«Estos contaminantes emergentes, así como los nitratos y fosfatos, es un problema ambiental bastante grave que tiene repercusión en la fauna y flora del Mar Menor, y que por consiguiente puede llegar hasta nosotros» a través de la cadena trófica. Los investigadores cultivaron las microalgas halladas en la rambla en estos fotobiorreactores y les dieron de 'comer' aguas originarias de la rambla del Albujón, con alta concentración de los contaminantes de origen agrícola y urbano. «Analizamos entonces la capacidad de cada consorcio de microalgas para crecer y eliminar esa carga de nutrientes que les dábamos».

La tasa de éxito es incuestionable para los investigadores, ya que los cuatro consorcios de microalgas fueron capaces de reducir los contaminantes en las aguas residuales y, en concreto uno, logró eliminar significativamente los nitratos un 89,90% y los fosfatos 99,70%. Para más concreción, el conjunto de microalgas con la mayor tasa de éxito estaba compuesto de Monoraphidium, Desmodesmus subspicatus y Nannochloris.

«Con la sobreexplotación agrícola de la zona, el Mar Menor recibe por la rambla del Albujón un vertido de entre 2.500 y 3.000 kilogramos de fosfatos», señala el investigador, «esa carga de nutrientes conlleva un proceso de eutrofización en la laguna, lo que deriva en la disminución de oxígeno en el agua y la muerte de los organismos vivos». Con la investigación, se puede seleccionar aquellas microalgas más efectivas para lograr descontaminar los caudales que llegan hasta el Mar Menor.

La biomasa generada por las microalgas serviría de abono natural

El investigador José Antonio Gabaldón señala que la biomasa generada de las microalgas que han actuado como absorbente natural, se podría emplear para abono de campo logrando así un ciclo sostenible. El químico de la UCAM sostiene que las microalgas analizadas también tendrían la capacidad de eliminar metales pesados presentes en los vertidos de aguas desde las ramblas de la cubeta sur del Mar Menor procedentes de la Sierra Minera, sin embargo la biomasa restante no se podría reutilizar como fertilizante.

Este estudio tiene como proyección la construcción de una gran planta de tratamiento de aguas residuales junto a cauces de la cuenca del Mar Menor como el del Albujón, una iniciativa que fue presentada a la Confederación Hidrográfica del Segura para estudiar su aplicación a gran escala. El proyecto está pendiente de lograr financiación a través del proyecto Life de la Unión Europea, que en el último intento que realizó el grupo de la UCAM fue rechazado. Esta iniciativa podría beneficiar a las comunidades de regantes del Campo de Cartagena, ya que en opinión de Gabaldón, ofrece más eficacia que las desnitrificadoras.