La reanudación hoy del curso escolar en muchos municipios abrió ayer un intenso debate entre sindicatos, ayuntamientos y partidos políticos sobre la conveniencia de permitir las clases mientras se mantenga la actual combinación de bajas temperaturas, especialmente en el Noroeste y el Altiplano, y la alta incidencia del coronavirus. Las indicaciones de los protocolos para evitar contagios obligan a trabajar y asistir a clase con las ventanas abiertas para ventilar, lo que significará sufrir temperaturas por debajo de lo que marca la normativa de salud laboral.

A este respecto, Docentes Unidos advirtió ayer en un comunicado que desde este lunes profesorado y alumnado tendrá que estar 5 o 6 horas en unas aulas «gélidas con 5 o 10 grados centígrados, en el mejor de los casos». Esta plataforma de profesores recuerda que esta situación vulnera el real decreto 486/1997 para centros de trabajo y estudio que indica que por debajo de los 10 grados existe un riesgo importante para la salud del alumno.

Por su parte, el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación, Sterm Intersindical, ha pedido a la Consejería de Educación que suspenda las clases «mientras se mantengan activas las alertas por temperaturas mínimas en la Región y adopte las medidas necesarias para garantizar la salud y la seguridad de la comunidad educativa ante esta ola de frío intenso».

José Manuel Fernández, coportavoz de Sterm, explicó que «ni el alumnado ni el profesorado puede acudir a las aulas en esta situación. No debemos tener que elegir entre mantener la seguridad sanitaria contra la covid y trabajar con temperaturas tan bajas en las aulas, que no sólo vulneran la Ley de Prevención de Riesgos, sino que exponen a alumnado y docentes a contraer enfermedades con graves consecuencias, como neumonías o pulmonías». Fernández recordó que la Consejería no proveyó de filtros a los centros, «ni ha planteado más medidas en las aulas que abrir las ventanas».

Docentes Unidos añadió que «de nuevo, han sido los equipos directivos de los centros los que se han puesto a trabajar para salvar el culo a la Consejería utilizando sus pocos recursos para intentar paliar el frío». Informó la plataforma que algunas asociaciones de padres y madres han comprado filtros a través de colectas de urgencia. «Todo con dinero de los bolsillos particulares, cuando debería haber salido de la Administración pública de la Región», lamentaron.

Sin soluciones en Educación

La Consejería de Educación comunicó ayer la suspensión de clases en los centros educativos de las pedanías altas de Moratalla pero sólo debido a la acumulación de hielo que existe en la carretera que las comunica. Sobre las peticiones de sindicatos y plataformas, fuentes de la Consejería se limitaron a decir ayer que el protocolo covid «obliga a mantener ventilación natural», y que los filtros no son una medida sustitutiva. También recordaron los 1,4 millones de euros de fondos extraordinarios a los centros para temas vinculados a la covid.