Las fuertes rebajas en los pequeños comercios de Murcia y Cartagena no sirvieron ayer para remontar las ventas ante el miedo al contagio, la crisis económica, o las nuevas restricciones para combatir el coronavirus que ayer entraron en vigor. El cierre perimetral en 22 municipios, el adelanto del toque de queda a las 22.00 horas, el cierre interior de la hostelería o la reducción del aforo al 50 por ciento en los comercios golpeó ayer duramente la actividad comercial, aunque entre todas estas restricciones, los comerciantes del centro de Murcia aseguran que la que más les afecta es el cierre perimetral.

Javier es el propietario de una firma de ropa en la calle Jabonerías y asegura que las nuevas restricciones han supuesto un nuevo golpe al sector comercial, «otra vez marcha atrás». Recuerda que los contagios no se producen «en la actividad comercial, porque somos los primeros que respetamos las normas de seguridad». Asegura que «lo que más notamos es el cierre perimetral. Mira cómo está la calle, las tiendas vacías, ésta es la consecuencias de todas esas medidas».

El sector comercial murciano echa de menos el apoyo y el respaldo de las instituciones públicas, «desde el primer confinamiento estamos totalmente abandonados, por el Gobierno central y por el regional, han ayudado a la hostelería pero al comercio nos han dejado de la mano de Dios». No cree Javier que puedan aguantar mucho más tiempo y señala que «los supervivientes nos tenemos que poner medallas», bromea con tristeza.

María del Mar es empleada de la Boutique Tros, «estamos fatal cada vez que salen las nuevas restricciones peor; estoy de acuerdo en que hay que echar una mano a la hostelería, pero ¿y nosotros?». Este establecimiento, con más de 30 años de actividad y enfocado en la ropa de ceremonia, «ha perdido su fuerte, todos los eventos como bodas, bautizos o comuniones desde marzo; estamos aguantando el tirón, resistiendo, sobreviviendo pero estamos al límite», sostiene esta trabajadora que también echa en falta la ayuda de las administraciones públicas. «Es triste venir a trabajar y ver este panorama que compartimos todos aquí; no nos queda otra que darnos ánimos entre nosotros», señala.

Amparo es otra de las propietarias, de la tienda Charm, que se ha visto obligada a establecer la liquidación por cierre, «si ya estábamos mal, estas medidas impedirá aprovechar la temporada de rebajas». También considera que se ha maltratado al sector comercial en la gestión de prevención ante la pandemia: «Hemos visto el apoyo a la hostelería pero ¿quién nos apoya a nosotros?; si esto sigue así no vamos a salir de esta, nos morimos lentamente, cada vez se cierran más establecimientos, y no se vende: la caja a cero días y días, todo es pagar, pagar y pagar, así que tenemos que cerrar y a ver qué pasa en el futuro».

En Cartagena, las tiendas del Centro Comercial Abierto estaban vacías, y es que el mal tiempo no acompaña. Además, muchas tiendas locales se han visto obligadas a adelantar las rebajas viendo las pocas ventas que obtenían. «Debido a la covid, los comercios locales han adelantado las rebajas y realizado campañas más agresivas en Navidad de 3x2, por ejemplo», explica Antonio Sánchez, presidente de Centro Comercial Abierto en la ciudad portuaria.

Silvia Ros, empleada del centro comercial Espacio Mediterráneo dice que no está acudiendo mucha gente a las rebajas y que el cierre de la hostelería va a influir en que acuda todavía menos.

En cambio, en las tiendas del centro comercial con aforo más reducido hay largas colas y «la gente no respeta la distancia de seguridad en la fila», manifestaba con indignación Carmen Saura, una joven que fue de compras ayer. En el mismo día, una familia ha realizado algunas compras de rebajas que previamente había consultado por internet para «estar el menor tiempo posible en el centro comercial por el coronavirus», aseguran.