Unos 1.650 murcianos se han visto afectados en la última semana por el cierre de fronteras entre Francia y Reino Unido pero en los últimos días «la situación tiende a una normalización de forma acelerada, una vez que en Reino Unido se llegaron a utilizar a los militares para la administración de los test de antígenos de forma masiva», aseguró ayer el director general de Proexport, Fernando Gómez. La apertura del Eurotúnel y la intensificación del ferry de Dover, trabajando incluso en días festivos, ha logrado, según Gómez, «acelerar la salida, aunque no todo lo rápido que hubiéramos querido».

Por su parte, el presidente de Froet, Pedro Díaz, confirmaba que el cien por cien de los camioneros atrapados en Reino Unido está de regreso, y que cerca de la mitad, unos 900, habría ya vuelto a tierras murcianas. Se espera que para fin de año todos los que quedaron retenidos hayan vuelto.

«La negociación del Brexit nos ha tomado como rehenes», aseguró Gómez, que cree que «no lo sabrá al final nadie a ciencia cierta, sino sólo los que están detrás de estás decisiones», pero no le cabe la menor duda de que ha sido un elemento fundamental para decidir un cierre de frontera en hora y media, «eso no había pasado nunca, ni en lo peor de la pandemia».

Para ejemplificar hasta qué punto el cierre no fue provocado por la pandemia, el presidente de Froet recordó que sólo 15 camioneros, de los 20.000 retenidos, han dado positivo por covid, «cualquier persona puede entender que la covid no fue el problema».

Aunque es un conflicto internacional, el director de Proexport entiende que el Ministerio no se ha movido «con la agilidad necesaria». «El único apoyo que hemos recibido ha venido del Gobierno regional», sostuvo Díaz.

En cualquier caso, la situación ha acarreado retrasos, ya que las empresas transportistas no han podido contar con la disponibilidad total de la flota.

Queda por delante una semana y nueve días con alteración del tráfico normal de mercancías, «y tenemos que enfrentar el Brexit y ver, a partir del 1 de enero, cómo responde Aduanas y los trámites burocrático para un territorio que pasará a ser país tercero». Fernando Gómez asegura que el perjuicio del sector alcanza elementos que se van a medir a medio y largo plazo, «como la relación con los clientes, el precio que se paga por la fruta que se ha enviado, la que se va a perder aquí por no poder enviarse y lo que ha tenido que recolocarse en otros mercados... Cuantificar todo eso es difícil».