«Esto no es ná, estoy orgullosa al cien por cien, tenía algo de nervios pero me ha dado mucha alegría vacunarme la primera», así reaccionaba ayer Josefa Martínez, de 83 años, la primera persona vacunada contra la covid en la Región de Murcia. Josefa, residente en el centro de mayores Edad Dorada de Mensajeros de la Paz en San Pedro del Pinatar, quiso enviar un mensaje a la ciudadanía: «Que se vacunen, pero ya; yo no me he enterado del pinchazo».

El 27 de diciembre llegó la esperanza a la Comunidad y, como muchos describen, quizá signifique el principio del fin de una pesadilla que ha segado muchas vidas desde el mes de marzo en España y en el mundo. La mañana de ayer fue fría y estuvo llena de expectación y emoción en los alrededores de la residencia de San Pedro del Pinatar donde numerosos medios de comunicación, autoridades políticas, curiosos y personal sanitario se congregaban para recoger todos los detalles de esta jornada histórica. Pasadas las 11.00 horas, una furgoneta negra de un servicio de transporte, escoltada por unidades de la Guardia Civil y Policía Local, llegó a uno de los accesos del centro de mayores de San Pedro tras haber descargado su preciada carga antes en el centro de discapacitados de Churra en Murcia, su primer destino.

Desde fuera del centro se pudieron escuchar los aplausos que le dedicaron los trabajadores sanitarios y los cargos políticos presentes a la primera vacunada, Josefa, cuyo hijo de 53 años con discapacidad también recibió su dosis. Según informó el presidente regional, Fernando López Miras, «estaba nerviosa, pero más por la expectación del momento que por la vacuna en sí».

La directora del centro, Inmaculada Martínez, no pudo reprimir las lágrimas cuando se produjo la inoculación. «En esas lágrimas va el sufrimiento y el trabajo de muchos murcianos contra esta pandemia, pero también la esperanza del camino que se emprende hoy en este momento histórico, el principio del fin de una pesadilla», aseguró el presidente regional en la rueda de prensa posterior. La segunda persona en vacunarse fue Manuel Madrid, cartagenero de 65 años, otro de los residentes, que afirmó que está deseando salir para poder tomarse un 'asiático', en referencia al famoso café. En total, se vacunaron 96 usuarios, el 90,1 por ciento de los residentes. El primer profesional de este centro en vacunarse, de un grupo de 49 trabajadores, (más de la mitad de la plantilla), fue la directora del centro, Inmaculada Martínez. Como han hecho otros muchos responsables de residencias en toda España, para «dar ejemplo a los residentes». También lo hizo el coordinador regional de Mensajeros de la Paz, Carmelo Gómez. Todos ellos tendrán que esperar 21 días para aplicarse la segunda dosis, y tras esta inoculación otros siete para llegar al pico máximo de inmunidad ante el virus.

Durante la rueda de prensa posterior, el presidente regional informó que durante la noche del sábado y el domingo llegaron las primeras 335 dosis de la vacuna Pfizer, de las cuales, 135 viajaron con destino a la residencia de San Pedro, y 200 al centro de discapacitados de Churra (no todas ellas se utilizaron). Hoy llegarán otras 12.675 vacunas que como las de ayer y las que llegarán durante las próximas semanas irán dirigidas, «a los más vulnerables, nuestros mayores y a los profesionales que los atienden en estos centros», explicó López Miras.

El objetivo es inmunizar a 80.000 murcianos en una primera fase que terminará a principios del mes de abril.

En cuanto a los motivos por los que se ha elegido la residencia de Mensajeros de la Paz en San Pedro, el portavoz del comité Covid regional, Jaime Pérez, explicó que «el principal motivo es que queríamos que se realizase en la zona del Mar Menor por la alta incidencia de los últimos días», pero también por el ajuste entre las dosis recibidas y el aforo del centro, ha explicado.

La campaña de vacunación arrancó también ayer en Murcia con 170 dosis suministradas en el Centro de Discapacidad de Churra a 64 usuarios, el 90,1 del total, y a 106 trabajadores, más de la mitad del personal.

El alcalde de Murcia, José Ballesta, aseguró ayer que «es un día para la esperanza, para lanzar un mensaje a la población de la importancia de vacunarse no sólo para protegernos a nosotros mismos, sino también a los demás, a los que tenemos más cerca, a los que más queremos y a los que nunca querríamos ver en una situación complicada». Ballesta hizo estas declaraciones durante su visita al centro donde se suministraron 170 dosis durante la jornada y al que también acudieron, junto al presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, el consejero de Salud, Manuel Villegas; la consejera de Política Social, Isabel Franco y el concejal de Deportes y Salud en el Ayuntamiento de Murcia, Felipe Coello.

A última hora de la tarde ayer, todavía no se había consensuado un calendario definitivo para las vacunas que hoy llegarán a la Región. Según fuentes cercanas al grupo de trabajo que debate y analiza el orden de distribución, «existe alguna propuesta sobre la mesa, pero cambia de un momento a otro continuamente».

A partir del lunes, con una periodicidad semanal, la Región dispondrá de 12.675 dosis hasta llegar a las 50.700 en un mes.

El plan de vacunación tiene tres fases. En la primera, de enero a marzo, se vacunarán los mayores de centros o residencias, personas con discapacidad y personal sanitario.

Para la segunda fase, de marzo a junio, está previsto que lleguen más dosis, lo que posibilitará inmunizar a más personas que en la primera. Esta fase incluirá criterios de salud para la distribución. En la tercera y última fase, de junio a finales de año, se prevé que hayan disponibles vacunas para el cien por cien de la población española, según el Ministerio de Sanidad.

Tanto las autoridades políticas como sanitarias destacaron ayer que la llegada de la vacuna no debe provocar que la sociedad se relaje con las medidas de seguridad e higiene y que hay que huir de una «falsa sensación de seguridad» por dos motivos: todavía está lejos la meta de lograr una inmunidad comunitaria, y porque siempre habrá un cinco por ciento de personas que, a pesar de que se vacunen, no obtendrán inmunidad.