Las nuevas medidas y restricciones de las fiestas en Murcia han propiciado que la hostelería se las ingenie para buscar más opciones y tratar de sobrevivir a esta nueva tormenta a la que se enfrentan. A pesar de ello, muchas reservas que ya estaban hechas han sido canceladas o sustituidas por el ´take away' (comidas para llevar).

El desbarajuste de las nuevas indicaciones de la Comunidad ha hecho que el sector de la hostelería se vuelva a resentir. De cara a los días más especiales de las fiestas, el Comité de Seguimiento Covid aprobó el pasado lunes que los locales deban cerrar de 18 a 21 horas para evitar las aglomeraciones de gente durante el ´tardeo' en las calles, así como también la reducción de aforos y comensales, manteniendo el toque de queda hasta la 1.30 de la madrugada, como ya se aprobó en su momento, para los días de Nochebuena y Nochevieja exclusivamente. Los demás días, se mantendrá a las 23 horas. Un ejemplo es el restaurante Monumental del centro de la capital murciana, al que los clientes no les han cancelado las reservas de los días festivos más destacados, sino que el mismo menú que se iban a tomar en el propio local lo han pedido para llevar. «Por esa parte, en el servicio del mediodía para la Nochebuena sí fuimos cubiertos, pero no para la Nochevieja», manifestaba Jorge León, encargado del restaurante.

«Es que, para cenar a toda prisa y luego irse rápido por el toque de queda, no le renta a la gente porque no se pueden alargar todo lo que quisieran», matiza el hostelero. Ocurre lo mismo en el restaurante El Hispano. Sus responsables cuentan a este periódico que los clientes les han solicitado hacer ese trueque: la reserva en el local por el servicio de comida para llevar. Con esto han evitado que les cancelaran las reservas del todo y se quedaran sin ningún beneficio. «Algo es algo», apunta el barman.

Por su parte, las reservas del restaurante Virgen del Mar han llegado a su cupo, dentro del límite de aforo hasta el 40%. «No nos cancelaron ninguna reserva para el mediodía de Nochebuena, estuvimos completos dentro de las limitaciones que nos han mandado», indicaba Mª Cruz García, la dueña del restaurante. Ella ha decidido no abrir su negocio por las noches porque «no hay un alma por las calles» y «no merece la pena pagar más luz y otros gastos para que no entre nadie al restaurante». Así que en estos días de festividad navideña tampoco abrirá sus puertas. «Dimos por perdidas las noches», remarca la propietaria.

Ana Rabal del restaurante El Patio, también en la capital, dijo que «se cancelaron muchísimas reservas del los días 24 y 25 de diciembre». «En Navidad tuvimos medio salón libre, cuando hace 15 días lo teníamos todo reservado», lamenta, con la vista puesta en Nochevieja. No obstante, asegura que para estos días «han aumentado considerablemente el número de pedidos para llevar en esas noches».

La encargada de este restaurante afirma que «la gente está pidiendo el servicio de comidas para llevar a última hora porque en otros años era todo más programado». «Ahora, por ser grupos más reducidos, y solo comen los tres o seis de la casa, pues lo piden en el último momento, no como en otros años que se juntaban 30 o 40 personas y lo encargaban con más de una semana de antelación», detalla Ana Rabal. Cuenta que «el 95% de la gente ahora sale con una reserva previa, no como antes, que se salía a la aventura y, si no entrabas en un sitio, te ibas a otro». «Ahora lo que no tengas reservado no lo vendes», sentencia la encargada del restaurante El Patio.

En el restaurante El Amarre desechan la idea del servicio de comidas ´take away' porque «el marisco y el pescado de máxima calidad es para comerlo al momento y no media hora después».