El enfermero y abogado Carlos Martínez Galera es el presidente de la Asociación de Inspección de Servicios Sanitarios de la Región de Murcia (AISSRM) y trabaja como subinspector en el Servicio de Inspección de Centros, Servicios y Establecimientos Sanitarios, uno de los cuatro servicios en los que se divide la Subdirección General de Atención al Ciudadano, Ordenación e Inspección Sanitaria.

¿Cuáles son las funciones del servicio en el que trabaja?

Se encarga de velar por que todos los centros cumplan con la normativa que existe específica para su funcionamiento. Entre otras cosas, nos encargamos de la autorización de estos centros y de todas las demandas que puedan surgir del ciudadano sobre la asistencia que se le ha dado en un centro, servicio o establecimiento sanitario, tanto público como privado. A grandes rasgos, acreditamos que la asistencia sanitaria se hace en condiciones. El objetivo es que la sanidad murciana tenga la máxima calidad y todas las garantías para el ciudadano.

¿Cuentan con los recursos suficientes?

Tenemos recursos limitados, somos un subdirector, cuatro jefes de servicio, y unos 18 o 19 inspectores médicos para la toda la Comunidad, también hay servicios en Lorca y Cartagena. Hay otros 18 subinspectores médicos y personal que realiza tareas de apoyo. La asociación lleva luchando por el refuerzo de profesionales ya muchos años. Aunque todo depende de cómo sea la planificación de tu volumen de trabajo.

¿Qué opina del manifiesto firmado por trescientos profesionales reclamando una agencia independiente para evaluar la gestión sanitaria?

Entre los firmantes hay dos exconsejeras y el propio director gerente del SMS. Habría que explicar primero que en todas las comunidades hay equipos de inspección, es decir, ya existe un órgano que gestiona y evalúa la gestión sanitaria. Lo que me sorprende de todo esto es que tengamos publicado desde hace doce años un decreto donde viene especificado cuáles son nuestras funciones... Creo que están soslayando nuestras funciones que vienen emanadas de un amplio respaldo legislativo que acaba en la Constitución. No podemos consentir que pueda crearse un estamento, aunque sea a nivel nacional, que solape algunas de nuestros cometidos. En cualquier caso, nosotros nos ofrecemos a realizar las actuaciones que haya que realizar, pero es necesario que se planifique ese trabajo. El último artículo del decreto que regula nuestras funciones, de 2008, habla de un Plan de Inspección que no se ha desarrollado en la Región en doce años. Ese plan debería organizar el trabajo de la inspección cada año, asignando diversas actividades y objetivos. Ese plan ya existe en Andalucía o en Castilla La Mancha.

¿Por qué interesa ese plan?

Lo puedes enfocar a los objetivos que más interesen al Servicio Murciano de Salud o a la propia Consejería como puede ser el control de las listas de espera quirúrgicas es decir, ¿qué nos interesa evaluar de cara al año que viene? y la respuesta puede ser una evaluación del documento más importante de la asistencia sanitaria, la historia clínica, en el Área 1 por ejemplo, cómo esos profesionales registran todo lo que hacen en el proceso asistencial del paciente. Puede ser un Plan de Inspección con un enfoque macro, o la evaluación de un servicio concreto. Si ahora llega 2021, ese plan significaría disponer de una estrategia de trabajo para ese año centrado en lo que se considere más importante para la Administración regional. En la actualidad, excepto las autorizaciones y renovaciones (cada cinco años) de los centros, el resto de materias no se programan, sino que surgen a demanda del ciudadano, mediante reclamación.

¿Otros aspectos que se podrían incluir en ese plan?

Son muchas las posibilidades. La evaluación de los requisitos técnico-sanitarios de los centros concertados, no sólo en el inicio del concierto, como es preceptivo, sino de manera posterior, o participar en las comisiones que evalúan de forma periódica lo estipulado en el pliego de condiciones técnicas.

¿Cuál es su papel en cuanto a los conciertos sanitarios?

En la Región, existe una actividad concertada muy potente. Nosotros autorizamos a esos centros privados y les exigimos un nivel de calidad importante y, debo decir, dan la talla. Hacemos la inspección cuando se va a llevar a cabo el concierto, vamos al centro y comprobamos que cumple el pliego de condiciones técnicas pero luego no hay una evaluación posterior de esos requisitos. Si el concierto dura cuatro o seis años nadie evalúa esos requisitos previos sanitarios. Estamos hablando de ofrecer garantías al paciente. Muchos de ellos cumplirán, estoy seguro, pero habría que hacer un seguimiento.

¿A quién le corresponde poner el Plan de Inspección sobre la mesa?

Lo aprueba el consejero de Salud y lo propone nuestro Órgano Directivo, nuestra Dirección General, aunque ese tipo de propuestas siempre son consensuadas con el resto de servicios y con el SMS. Como Asociación llevamos mucho tiempo, bastantes años, reclamándolo a nivel informal y a fecha de hoy no ha salido. Aunque a nivel de trabajo tenemos una relación muy buena con el Órgano Directivo, a veces tenemos la sensación de ser invisibles. No entiendo cómo teniendo a un grupo de funcionarios, casi cuarenta, que se dedican exclusivamente a este trabajo, no se aprovecha mejor o se llevan a cabo ciertas actuaciones que considero que son muy importantes. No podemos consentir que no haya programación y se nos reduzca a ser lo malos de la película cuando hacemos alguna intervención.

¿Sus objetivos?

Ser más visibles, para que la sociedad nos conozca y que sepan que la evaluación de la gestión sanitaria está ya asignada a unos funcionarios, casi 40 profesionales. Y la planificación mediante ese plan de inspección, porque ahí se puede plasmar las posibles necesidades que tenga el sistema sanitario para ser mejor, pero para que esto sea posible hace falta que haya interés por parte de los cargos directivos.