«Están saliendo conforme van haciéndoles las pruebas, tienen que ir poco a poco», explica de sus compañeros atrapados en Reino Unido Jesús Martínez, camionero murciano que este sábado lograba llegar a su tierra tras un periplo que califica de «odisea». «Fui de los primeros en salir (de Gran Bretaña), ya te digo que aún quedan allí compañeros que llegaron después que yo», comenta el hombre, que atiende a LA OPINIÓN por teléfono, mientras conduce «ya por Jumilla» rumbo a Caravaca de la Cruz, donde su empresa tiene la sede. En la comarca del Noroeste, una cerveza con un amigo, para reponer fuerzas y seguir hasta la localidad de La Paca, en Lorca, donde esperaba su familia.

Sobre su peripecia británica, sentencia que «ha sido un desastre». «Hay gente que llevaba lo justo para pasar dos o tres días allí, que se ha quedado sin comida y sin tabaco», manifiesta Martínez, que este sábado se hizo al volante «unos 500 kilómetros, ha sido la jornada más pequeña», tras los «700 o por ahí» que condujo, sin ir más lejos, el viernes. El día de Navidad pernoctó en Ribaforada, municipio de Navarra. Y ayer llegó por fin a la Región.

Trata de tomarse con filosofía lo que ha pasado y se pregunta «de qué sirve tomar disgustos, si es una cosa que no se puede hacer nada, un imprevisto de todos? no hay otra solución. Tomar ´pesambre' de poco vale».

El camionero tiene previsto pasar «45 horas de descanso y otra vez para arriba», afirma, al tiempo que confirma que «habrá que subir a Inglaterra» de nuevo. «Mi jefe tiene los clientes allí, no queda otra que subir la mercancía. Normalmente llevamos brócoli, verduras», indica el trabajador.

Preguntado por si le apetece regresar a Reino Unido, admite que «la verdad es que no», a lo que añade que «si preguntas al cien por cien de los que están ahí, te dicen que no vuelven a esta odisea».

Se considera, no obstante, «uno de los afortunados», dado que ha logrado salir relativamente rápido de Gran Bretaña, «y mi fortuna fue que estaba yo en el carril de incorporación de un área de servicio y me llamó un policía las cuatro de la mañana para decirme que no podía estar ahí, que habían habilitado en el aeropuerto un área para los camiones, y me mandó para allá».

Miles de camiones, entre ellos el de Jesús Martínez, han regresado al continente europeo desde Gran Bretaña después de que sus conductores fueran sometidos a pruebas rápidas para detectar el coronavirus, aunque la operación continuaba ayer, ya que muchos seguían esperando, según el Gobierno británico.

Según la corporación pública BBC, un total de 8.500 camiones han cruzado desde el miércoles al continente europeo, ya sea a través del eurotúnel o de los ferris que salen de Dover, mientras que 1.600 seguían varados en la isla.

Unos 1.100 militares se desplegaron en la zona para practicar las pruebas de coronavirus, sin las cuales no se puede salir.

"Nos han hecho los test, pero sigo en la autopista de Londres a Dover"

«Ya nos han hecho los test y hemos corrido un poco en la fila», valora Mariano Buitrago, que atiende a este diario 'atrincherado' en su camión, «en la autopista que va de Londres a Dover», soñando con llegar a su Cieza natal.

Dover es el mayor puerto del Canal de la Mancha en Inglaterra, y desde ahí espera este trabajador ver la luz al final de su túnel. El suyo y el de demasiados colegas, bloqueados. «Yo voy a coger un tren que cruza el Canal de la Mancha, montamos el camión en el tren y llega a Francia», destaca Buitrago. «Yo lo pasé bastante mal, te ves tirado en la carretera. Yo llevo tres días solo, pero hay compañeros que llevan cinco. Ahora ha venido una oenegé y nos han dado una bolsa de rescate», comenta el hombre, al tiempo que apostilla que, en su caso, llevaba provisiones de sobra en el vehículo.

«Yo cuando vengo me echo bastante despensa, porque no te puedes fiar, por la nieve», precisa. Ser previsor le ha ahorrado disgustos.

Le quedan paradas en el camino hasta volver a casa, ya que «yo voy cargado, llevo mercancía para Madrid». «Esta noche (por ayer) se ha quedado esto muerto, no sé yo qué está pasando», detalla, en referencia al tiempo que llevan, sus compañeros y él, parados en la carretera. Si todo sale según las previsiones, el martes estará en la capital de España y el miércoles en la Región.

Sobre la ilusión de poder celebrar Año Nuevo con los suyos, manifiesta que «vamos a probar, ya que hemos tenido la mala suerte de que la Nochebuena no hemos podido, aunque este año ni puedes juntarte con la familia€ es un palo detrás de otro».