Los camioneros murcianos afectados por las restricciones en el Reino Unido suman ya seis días de caos y bloqueo; algunos han podido salir y emprender su regreso a la Región pero todavía se encuentran en Francia.

El conductor caravaqueño Santiago Polo, de la empresa Hermanos Corredor, informó ayer a media tarde que se encontraba en la M20, la autopista que une Londres y Dover, a 24 millas (uno 40 kilómetros) de la entrada del Eurotúnel. Se había incorporado esa mañana tras estar cuatro días en un área de servicio desde el pasado lunes. A pesar de la cercanía con el Eurotúnel, «sólo hemos avanzado 100 metros en nueve horas, un compañero que está delante me informaba que en dos días ha recorrido siete kilómetros, esto no se mueve».

Con respecto a los recursos para soportar la espera, Santiago explica que en el área de servicio donde ha permanecido hasta ayer «había restaurante, aseos y duchas que tienes que pagar, unas 30 libras cada día, pero aquí en la carretera no hay nada, gracias a dios que están pasando particulares, ONG, y es verdad que las autoridades policiales nos han ofrecido comida y agua».

Este conductor no ha presenciado ningún acto violento, «sólo lo he visto por Internet; la gente está cansada y ha perdido la paciencia, es ya el quinto día aquí, y si al menos viéramos que la cola se mueve podría ser llevadero, pero no, y son 24 millas». Admite que no ha vivido una situación parecida en toda su vida profesional, «y lo que nos queda, creo que nos quedan aquí tres días más hasta llegar a la salida 8 que es donde nos harán las pruebas de la covid, de aquí no salimos hasta el lunes».

Este profesional, como tantos otros, tenía previsto pasar la Nochebuena en su casa en Murcia, «pero no ha podido ser, he estado con llamadas con la familia; me piden que tenga paciencia, que no queda otra». Lo que se comenta entre los compañeros atrapados, según Santiago Polo, es que «esto no tiene nada que ver con el virus, sino con el Brexit; la nueva cepa ya se había detectado con anterioridad».

Jesús Martínez, de Transportes Frigo-Transmur , aseguró ayer que es uno de los «afortunados en poder salir» tras cuatro días atrapado, ya que fue de los que primero recibió el test. El caos le encontró en la salida de un área de servicio y tras trece horas en este espacio, «a las 4.00 de la mañana me tocó la Policía y me dijo que allí no podía estar, que tenía que dirigirme al aeropuerto, donde habían improvisado en tiempo récord un espacio de recepción con 200 generadores de luz, letrinas, y señales; fueron muy eficaces.» Allí, cuenta Jesús, llegaron voluntarios con carritos con hamburguesas. La salida desde el aeropuerto hasta el Puerto de Dover tampoco fue fácil, «18 horas para hacer 30 kilómetros». También destacó el comportamiento ejemplar de las autoridades, voluntarios y particulares, «desde unos de los pueblecitos, unos seis jóvenes de unos 20 o 25 años llegaron con una carretilla llena de sandwichs para dar uno a cada uno de los que estábamos allí».