Joaquín Nieto (Navarra, 1956) es director de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para España desde 2011 y mantiene una estrecha relación con la Región, porque su mujer es de La Unión y pasa sus vacaciones en Mar de Cristal, junto al Mar Menor. La OIT es la única agencia ´tripartita' de la ONU, que reúne a gobiernos, empleadores y trabajadores de 187 estados con el objetivo de promover el trabajo decente de mujeres y hombres. La trayectoria de Nieto ha estado vinculada al movimiento sindical y desde la OIT acaricia el sueño de que un día exista una verdadera negociación colectiva internacional, entre las multinacionales y todos los trabajadores que dependen de ellas. «Ojála se abra camino», expresa.

En la Región hay convenios colectivos bloqueados porque las empresas de algunos sectores agrarios se resisten a pagar el salario mínimo y tratan de alargar la jornada para arañar unos céntimos en la retribución por hora.

No conozco la situación exacta. En todo caso, nuestro consejo es que se sienten y hablen y que renueven el convenio colectivo. Pero el salario mínimo es una obligación legal y hay que cumplirla. El propio planteamiento de no cumplirla está fuera de lugar. Como lo está cualquier otro planteamiento que implique transgredir o violar la ley. El salario mínimo es una ley obligatoria y no cumplirlo es un planteamiento de violar la ley. No, la ley está para cumplirla en todas partes y en todos los sitios. Lo que tienen que hacer es seguir negociando, pero se avance o no en ello, el cumplimiento del salario mínimo no está en cuestión. Porque, además, ¿de qué estamos hablando, de siete euros y medio la hora o siete? ¿De 50 céntimos la hora depende el futuro de una explotación? El salario mínimo hay que cumplirlo, y ya está.

En su último informe sobre salarios, la OIT constata un recorte generalizado en todo el mundo.

La tendencia se va a mantener mientras dure esta situación de pandemia. Ahora, ¿cuánto va a durar esto? No lo sé. Pero creo que con la recuperación habrá también recuperación salarial.

¿Cuál debería ser una pauta responsable de negociación salarial en 2021? ¿Tendrán que asumir los trabajadores nuevos recortes?

Ahí es muy importante la negociación colectiva sectorial. Eso no se puede resolver globalmente, porque los efectos no son los mismos en unos sectores que en otros. Hay sectores que se van a recuperar muy rápidamente. Por ejemplo, el sector energético ¿Pero, qué va a suceder en la hostelería o el turismo? Es una incógnita. Se reactivará el sector, pero no sabemos€ ¿Qué va a pasar en el textil? ¿Va a haber un cambio en las pautas del consumo ¿Y en los viajes? ¿Y con la economía en general? ¿Se va a seguir globalizando o va a haber ciertos fenómenos de relocalización? Todo esto afectará de forma muy distinta a unos sectores o a otros. Por eso es muy importante la negociación colectiva sectorial en cada país.

¿Es aún pronto para saber qué herencia va a dejar la pandemia en términos laborales?

Los seis informes del observatorio de la covid que hemos hecho en la OIT nos dan unas cifras terribles. El 94% de los 3.000 millones de trabajadores que hay en el mundo viven en países que han adoptado medidas preventivas que han incluido paralización de actividad económica y comercial. Prácticamente todos los trabajadores del mundo han estado expuestos a una pérdida de horas. El equivalente en empleos a tiempo completo puede superar los 500 millones de puestos perdidos este trimestre. La crisis sanitaria pasará, espero que pronto, pero va a quedar una crisis económica y de empleo tremenda en todo el mundo.

¿Y crisis social, también?

La crisis social es evidente. La mitad de los trabajadores en el mundo lo hacen en la economía informal, no tienen protección social. Cuando pierden el empleo pierden también sus ingresos y y pasan inmediatamente a la pobreza más absoluta. En el mundo es muy posible que la pobreza extrema suba en 100 millones de personas. Esto va a pasar por primera vez desde finales de los años 80. En los últimos 30 años la pobreza extrema se había ido reduciendo cada vez más. En España, el año 2019 supuso una reducción de la pobreza, particularmente de la laboral, porque subieron el salario mínimo, los sueldos y el empleo. Pero en 2020 va a subir la pobreza. Esto lo tenemos constatado.

Hemos visto, en plena pandemia, la firma de un acuerdo global en el sector textil a favor de los proveedores ubicados en países pobres, que constituyen la parte más débil de la cadena mundial de suministros de la industria.

Sí, ha sido una reacción muy importante, y la OIT ha estado ahí. En el sector textil, se llegó al acuerdo 'Call for action' [llamada a la acción] en abril. En pleno confinamiento, la crisis sanitaria afectó a la actividad comercial y se frenó la venta de ropa. ¿Qué iba a pasar con esos trabajadores del textil en el mundo? El 70% de ellos está en Asia. En ese momento fue muy interesante el acuerdo que se promovió desde la OIT con las confederaciones internacionales de empleadores y de trabajadores, con la Federación Internacional de Textil y con una serie de empresas. Marcas muy conocidas como Inditex [propietaria de Zara], H&M, Primark o Adidas estaban en ese acuerdo. Una medida muy importante fue la de respetar los contratos que ya tenían. Después, mantener en la medida de lo posible una actividad con las empresas subcontratadas que garantizara la pervivencia de esas empresas y sus trabajadores.

¿Por qué en el sector textil?

Tiene que ver con varias razones. La principal es el derrumbe del edificio Rana Plaza, en Dhaka (Bangladesh). Hay un antes y un después a partir de aquel 24 de abril del 2013. Murieron más de 1.100 trabajadores y hubo 2.500 heridos graves. La mayor catástrofe laboral conocida. La mayor parte de las grandes marcas del mundo estaban concentradas en ese edificio. Inditex no estaba, por cierto. Pero había estado hacía poco. El sector empezó a entender que no podía seguir así. Además es un sector muy sensible a la reputación.

¿Transcurridos unos meses de ese acuerdo global, hay algunos resultados que podamos conocer?

No conozco aún una evaluación con conclusiones claras numéricas, pero estoy seguro de que sin ese acuerdo se habrían anulado los contratos, habrían cerrado talleres inmediatamente y los trabajadores se habrían ido a la calle. Muchos se habrán ido a la calle, pero sin este acuerdo hubiera sido peor.

¿Qué papel jugó Inditex en este acuerdo?

Fue una de las compañías, no la única, que estuvo por este acuerdo y lo promovió. Una cosa interesante de este acuerdo es que es global, para todo el mundo. Además, no es un 'AMI' [Acuerdo Marco Internacional, en el marco de la OIT] de una compañía con las organizaciones sindicales de la industria correspondiente, sino un acuerdo en el que participa una serie amplia de compañías, las federaciones empresariales y las confederaciones sindicales y empresariales mundiales. Es un acuerdo que se va pareciendo más a una especie de acuerdo colectivo internacional. Eso es muy interesante, porque en el mundo al que vamos, donde funcionan las cadenas mundiales de suministro, sería muy positivo que se fueran generalizando acuerdos sectoriales a nivel internacional. Ojalá se abra camino.

¿Cómo describiría el modelo laboral de Inditex en tanto que multinacional?

Inditex, en el marco de relaciones laborales internacionales, ha abierto un camino. El Acuerdo Marco Internacional (AMI) de Inditex abre un camino interesante. Los primeros acuerdos marco solo abarcaban a los trabajadores de la firma principal, luego se fueron ampliando a considerar también a los trabajadores de la cadena de suministro. En el caso de Inditex esta consideración forma parte principal del acuerdo desde 2007. En la comisión de seguimiento del acuerdo de Inditex, los representantes de los trabajadores pueden llegar al último rincón de empresas subcontratadas por Inditex y vigilar 'in situ' que se respeten las condiciones, el derecho a la libertad sindical, la negociación colectiva, los derechos de los trabajadores y los principios de la OIT que son no trabajo infantil, no trabajo forzoso, no discriminación y libertad de sindicación y de negociación colectiva.

En la esfera internacional también estamos viendo modelos laborales con malas prácticas, como la acusación de espionaje laboral en Amazon.

Nosotros no solemos poner nombres en estos casos. Pero sí hay actividades en las que las empresas deberían corregir malas prácticas de inmediato. Una mala práctica es el intento de eludir el derecho de trabajo y responsabilidades laborales y fiscales relacionadas con los trabajadores. Otra sería no permitir el blanqueo de actividades que vienen del trabajo infantil o forzoso. Y que ningún trabajador debería trabajar sin un seguro de accidentes. Yo pondría esas tres cuestiones como malas prácticas a corregir. Tomando como punto de partida los principios rectores sobre empresas y derechos humanos adoptados por la ONU en el 2011, es muy conveniente que los países adopten legislaciones para que las compañías que tienen la matriz en su país tengan ese comportamiento de respeto a los derechos humanos en la totalidad de su actividad.