La construcción de una red de infraestructuras como salmueroductos, tanques de tormenta, balsas, desalobradoras y desnitrificadoras para particulares o diseñar una red para el desagüe de escorrentías o mejorar los drenajes agrícolas son algunos de los principales proyectos que las empresas agrarias del Campo de Cartagena ven necesarios para acabar con los vertidos vía superficie o subterránea al Mar Menor o con la alta concentración de nutrientes del acuífero cuaternario bajo la cuenca vertiente de la laguna.

La fundación Ingenio ha presentado este miércoles su proyecto estrella, el Anillo Protector Ambiental, arropado con la presencia de expertos en agronomía, hidrodinámica o geología de diferentes instituciones académicas y científicas de la Región y en España. Un proyecto que vendría a completar una legislación regional como la Ley de Recuperación y Protección del Mar Menor que la Asamblea aprobó el pasado mes de julio y que, en opinión de la fundación que representa a las empresas agrarias y a los regantes del Campo de Cartagena, «hiperlegisla y limita la actividad agraria» en esta zona. Estas medidas tienen la ventaja, según el sector, de que tendría un resultado a corto plazo y no de décadas como las soluciones planteadas, por ejemplo, por el Ministerio para la Transición Ecológica.

El sector ha vuelto a insistir en desvincular la actual agricultura «de precisión» que se lleva a cabo en este territorio de la Región de la contaminación por nitratos que sufre el acuífero cuaternario y también la laguna salada. El catedrático de la UPCT y experto en agronomía, Alejandro Pérez Pastor, se ha mostrado claro en este punto al asegurar que el regadío «en una cuenca deficitaria» como la del Mar Menor el 98% de la superficie agrícola se fertirriego por goteo a unos niveles que permite que el agua no logre traspasar la barrera de los 30 centímetros de profundidad. «Nuestro sistema de regadío es de secano intensivo», ha subrayado.

Pérez Pastor criticó la demonización que se ha llevado a cabo contra el uso de nitratos en la agricultura: «El nitrato no es un enemigo, gracias al nitrato tenemos alimentos. Me parece una locura demonizarlos».

El proyecto Anillo Protector Ambiental se centra por una parte en potenciar mediante la monitorización y las tecnologías de la información el control del regadío incorporando sondas de humedad para usar de forma eficiente los fertilizantes o minimizar el impacto de la lixiviación que produce el regadío. El sector ha buscado con el proyecto implementar una serie de buenas prácticas agrícolas entre las que se incluirían la monitorización de la red superficial, es decir, en canales de riego, red de tuberías, balsas de riego o ramblas, y la modernización de las estaciones agroclimáticas.

Pozos perimetrales

En lo que respecta a la reducción de los vertidos superficiales y subterráneos al Mar Menor, la fundación Ingenio opta por una batería de medidas que tendrían como puntas de lanza la construcción de salmuereductos que recojan los vertidos de las desalobradoras particulares en el Campo de Cartagena, la instalación de pozos perimetrales en la línea de costa del acuífero para lograr extraer importantes volúmenes de agua para su posterior tratamiento en desalobradoras y desnitrificadoras, también particulares.

En este punto el hidrogeólogo del Instituto Geológico y Minero de España y profesor de la Universidad de Murcia, José Luis García Aróstegui, dejó claro que la circulación del agua por los poros del acuífero es lenta, con valores de un metro por día. «Las soluciones que se aporten hay que hacerlas pensando en que las consecuencias a nivel hidrodinámico tardarán décadas».

El panel de expertos que acompañó a la directora de la fundación, Natalia Corbalán, apuntaron que estas medidas van en la línea de lograr una recuperación real del Mar Menor y de conseguir una actividad agraria sostenible y compatible con la protección de la laguna. Es más, científicos como el catedrático Pérez Pastor señalan que dichas medidas que se plantean ahora deberían haberse adoptado hace mucho tiempo. Corbalán reconoce que el sector no ha sabido llevar a cabo una buena estrategia de comunicación e imagen pública sobre la actividad agraria del Campo de Cartagena y achaca la contaminación del Mar Menor a un «fracaso colectivo de toda la sociedad murciana», una idea que también promulgó el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras. La directora de la fundación añade que la ley actual no aborda en su conjunto los factores que contaminan el Mar Menor y prueba de ello es que «siempre ha gobernado la inacción».