Los sanitarios alertan de que la disfagia, un trastorno de la deglución que impide poder tragar con normalidad, es una de las principales secuelas que sufren los pacientes con covid-19 que han permanecido un periodo de tiempo prolongado ingresados, sobre todo en las estancias en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). El otorrinolaringólogo del Hospital Morales Meseguer Carlos Escobar Sánchez alerta de que esta secuela conlleva un «riesgo alto de aspiración de alimentos hacia la vía respiratoria» con el peligro de que se pueda producir neumonía, o un aumento de la estancia hospitalaria y una mayor mortalidad.

¿Cuál ha sido la mayor dificultad a la que se han enfrentado los otorrinos durante la pandemia?

La pandemia del coronavirus ha sido un reto para los otorrinolaringólogos en muchos aspectos, que podríamos resumir en el cambio en la manera de atender a los pacientes vía telemática en los casos que era pertinente hacerlo, la atención de forma presencial al resto de pacientes con escasas medidas de protección en situaciones de alta exposición a aerosoles durante la exploración de las vías aéreas superiores, la organización de los equipos sanitarios en grupos de trabajo que eviten contagios y aislamientos masivos, la atención eficaz a los pacientes no covid con patologías graves y la colaboración con los médicos de UCI en caso de necesidad de traqueostomía en pacientes sometidos a intubaciones prolongadas.

Según varios estudios, la prevalencia de disfagia aumenta en más de la mitad de los pacientes después de varios días de tratamiento con intubación orotraqueal...

Los pacientes infectados por covid-19 pueden padecer problemas deglutorios, como la disfagia, por distintas causas relacionadas con la intubación orotraqueal prolongada, la inserción de sondas nasogástricas y la ventilación mecánica. En este caso son los traumatismos de orofaringe y laringe, debilidad neuromuscular, disminución de la sensibilidad de la mucosa laríngea, alteraciones del nivel de consciencia, reflujo gastroesofágico y alteraciones en la coordinación muscular necesaria para que la respiración y la deglución estén sincronizadas.

¿Qué riesgos puede suponer esta enfermedad?

La disfagia conlleva un riesgo alto de aspiración de alimentos hacia la vía respiratoria con el peligro de neumonía, aumento de la estancia hospitalaria y mayor mortalidad. Además, retrasa la ingesta de alimentos por vía oral y ocasiona malnutrición, empeorando la calidad de vida de nuestros pacientes.

¿Hay algún modo de tratar la disfagia?

Lo más importante es pensar que cualquier paciente sometido a intubación prolongada puede tener problemas de deglución. De esa forma podremos detectarla precozmente y tomar las medidas necesarias para que pueda tener una ingesta oral de alimentos sin complicaciones. En este sentido, es clave entrenar a la enfermería de UCI y de planta, ya que una ingesta oral de alimentos precoz y segura favorecerá una mejor función deglutoria. Hay que seleccionar muy bien la consistencia y la cantidad de los alimentos, evitando los que tienen doble textura, como por ejemplo la naranja.

Al margen de la disfagia, ¿qué otras secuelas o complicaciones puede provocar el coronavirus en los pacientes intubados?

A nivel de la laringe, la intubación prolongada puede provocar estenosis traqueal, granulomas en las cuerdas vocales y parálisis laríngea, entre otros problemas respiratorios y alteraciones en la voz.