De nuevo el problema está en lo que se les exige a unos y lo que se les exige a otros. El acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur tiene todo el recelo de los productores y exportadores de la Región de Murcia. Este acuerdo de libre comercio entre Europa y la alianza económica e industrial de los países sudamericanos deja un reguero de quejas en el sector primario regional por la competencia desleal que se podría producir en los mercados europeos, la diferencia entre los requisitos en materia de fitosanitarios y medio ambiente para los productores de uno y otro lado, el comercio sostenible, la seguridad alimentaria o la falta de vigilancia y control de plagas.

«Este tipo de acuerdos nunca se hacen mirando al sector agroalimentario, se realizan por sectores productivos como el energético o el de la automoción, pero el primero en pagar las consecuencias somos nosotros», explica Antonio Moreno, presidente de la Asociación Interprofesional del Limón y Pomelo (Ailimpo). Para el Ministerio de Comercio, ningún estado miembro de la UE cuestiona la lógica económica y estratégica de Mercosur, «ni tampoco la importancia del desarrollo sostenible en el contexto del acuerdo».

No obstante, reconoce que existen posiciones contrapuestas en el seno de la UE por motivos relacionados con el comercio y desarrollo. Francia ha marcado una línea roja rechazando un acuerdo que cerró sus pilares fundamentales en junio por el impacto de la deforestación en países como Brasil. Irlanda, Austria y Luxemburgo consideran que el acuerdo no es lo suficientemente ambicioso en comercio y desarrollo. España cree que sí.

La política de globalización que mantiene la Unión Europea últimamente no sienta muy bien en la Región, ahora más con el temor a un Brexit duro de por medio a partir de este mes. «La Región mantiene su principal mercado exportador en Europa, y si las autoridades comunitarias quieren regularizar la entrada de productos de terceros países con los que no se puede garantizar estándares de calidad alimentaria, nos acabarán restando el principal mercado que tenemos», protesta Miguel Padilla, presidente de COAG Murcia.

Las exportaciones desde los países que integran Mercosur hasta la Región no tienen realmente mucho peso salvo en el de combustibles fósiles. El petróleo crudo marca el mayor negocio entre Murcia y países como Brasil, que exportó este combustible por valor de 302 millones de euros en 2019 y 753 millones de euros en 2018, o Venezuela, con 367 millones en 2019 y 182 millones en 2018, según datos de la Dirección Territorial de Comercio-ICEX.

En lo agroalimentario, el limón, la sandía o el melón son los productos que revalorizan las importaciones desde Argentina o Brasil a Murcia, junto con las legumbres. De 2018 a 2019, el negocio de envío de cítricos desde Argentina a la Región se desplomó un 68%. Solo se importó por valor de 20 millones de euros el pasado año cuando hace dos los productores argentinos facturaron 63 millones.

Moreno recuenta en 53 las detecciones de envíos de cargamentos de limones desde Argentina con enfermedades como la mancha negra en el puerto de Cartagena este año. «Si globalizamos el mercado acabamos haciendo lo mismo con las enfermedades».

El Ministerio de Comercio defiende que la liberalización del acceso al mercado de Mercosur representa una gran oportunidad para las empresas españolas agroalimentarias, al permitirles reducir la dependencia de la demanda del mercado interior europeo. Así mismo, aumentará las oportunidades en unos mercados en crecimiento y favorecerá a los productores y consumidores al reducir el precio de las importaciones.

Ahorro arancelario de 4.000 millones de euros al año para la UE

El acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur representa para el Gobierno central una herramienta para lograr un impacto positivo a largo plazo en la región de América Latina en términos de políticas centrales como el desarrollo sostenible, el cambio climático y la gobernanza económica mundial. Desde un punto de vista económico, la UE se beneficiaría de una ventaja sustancial respecto a otras economías, al convertirse en el primer socio mundial en firmar un acuerdo de libre comercio con el bloque de Mercosur. «Esto ofrecerá a nuestras empresas un acceso privilegiado a un bloque económico cuyos integrantes constituyen en conjunto la sexta economía más grande del mundo, con más de 260 millones de consumidores. Así mismo, el acuerdo supondría un ahorro arancelario de más de 4.000 millones de euros al año para la UE (8 veces el ahorro arancelario de CETA) e importantes disposiciones facilitadoras del comercio en otras áreas», señalan desde Comercio.

Sin embargo, Alfonso Gálvez, de Asaja Murcia, defiende que la globalización que mantiene la Unión Europea está perjudicando gravemente a los intereses de los productores españoles y europeos. «Es vital que se protejan los intereses de nuestros productores por encima de todo, pues el mercado europeo se está colapsando de todo tipo de productos agroalimentarios, y es muy difícil competir, pues tenemos unos costes de producción muy elevados en comparación con los de países terceros».