Tal y como habían estado reclamado con insistencia los principales colectivos hosteleros de la Región, y tal y como adelantó el propio presidente de la Comunidad la semana pasada en su comparecencia en la Asamblea Regional, la apertura al público del interior de bares y restaurantes, aunque con limitaciones, será una realidad a partir del próximo 9 de diciembre, al menos en parte del territorio regional, sobre todo en Beniel, Abarán, Bullas, Lorquí, Ojós, Campos Del Río, LIbrilla, Alcantarilla y La Unión que podrán abrir un 75 por ciento de su aforo interior, el resto sólo podrán servir con el 50 por ciento de ocupación. Se mantiene la prohibición para Los Alcázares y Torre Pacheco.

Murcia era junto con País Vasco, Navarra, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, la única comunidad en ordenar el cierre interior del sector en todo su territorio. El resto implementó restricciones totales o parciales en función del nivel de alerta de todas sus unidades territoriales, o limitaciones de aforo. Uno de los objetivos que se marcó el Ejecutivo regional con esta drástica medida era evitar a toda costa el confinamiento domiciliario general.

El Gobierno regional ordenó el cierre el pasado sábado 7 de noviembre de toda actividad comercial en el interior de los establecimientos hosteleros ordenó el cierre el pasado sábado 7 de noviembreante el avance del coronavirus que entonces alcanzó el nivel de riesgo extremo según los indicadores del Ministerio de Sanidad. Sólo se permitió entonces seguir teniendo servicio a los negocios de comida a domicilio y recogida de pedidos. La caída constante del número de casos activos y de los ingresos hospitalarios, hasta situarse ayer en 157 y 277 respectivamente, ha permitido levantar parte de las restricciones en un sector que está sufriendo especialmente las consecuencias de esta pandemia.

La apertura de las terrazas en los municipios con menor incidencia el sábado 21 de noviembre supuso un alivio, pero insuficiente porque los hosteleros se encuentran ya en "un punto de no retorno y porque el frío ahuyenta a los clientes de las terrazas", como describió el presidente de Hostemur, Jesús Jiménez, que siempre acude al ejemplo de Madrid, donde no se ha clausurado la hostelería y el avance pandémico parece estar controlado.

Ante la más que previsible llegada de una tercera ola a principios del año que viene, los presidentes de Hostemur y Hostecar, Juan José López, esperan que la Administración regional no vuelva a decretar el cierre, porque eso conllevará la puntilla definitiva a un sector moribundo.

Manifestaciones con y sin patronal

Tras el cerrojazo hostelero, se sucedieron las manifestaciones en los principales municipios de la Región, sólo amortiguadas por el anuncio por parte del Gobierno regional de un importante paquete de ayudas directas y a fondo perdido para cubrir un porcentaje de las pérdidas durante la clausura. Este plan de rescate venía a ofrecer a cada hostelero entre 3.000 y 10.000 euros, unos ingresos que deberían estar produciéndose en este momento. Pese a la suspensión oficial de las protestas callejeras de la patronal, muchos autónomos y propietarios siguieron saliendo a la calle para reclamar la desaparición de las restricciones de actividad o el incremento de las ayudas.

Futuras ayudas

Mientras el plan nacional de rescate al sector hostelero sigue flotando en un limbo político, Ciudadanos ha pedido a su socio de gobierno un nuevo plan que incluya una nueva inyección de liquidez para las pymes y autónomos que hayan perdido un 50 por ciento de sus ingresos, y que supondría el 75% de la facturación previa a la pandemia.

Otras de las reivindicaciones al Gobierno central que no terminan de satisfacerse son la aplicación del IVA superreducido, una moratoria de exención fiscal y la ampliación del plazo de aplicación de los ERTE.