Medidores de dióxido de carbono, zonas de sombraje, barreras vegetales y ´semáforos´ para combatir la contaminación acústica, purificadores de aire, charcas naturales para acoger ranas o refugios de murciélagos para controlar la población de mosquitos. Este mes un total de 110 colegios e institutos de la Región de Murcia van a contribuir a mejorar la salud medioambiental de los escolares creando centros más resilientes contra la covid-19. Estos centros han sido seleccionados dentro del programa educativo ´Aire Limpio´ impulsado por la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia y la Consejería de Educación y que está dotado con casi un millón y medio de euros. Un programa ambicioso al que se han querido sumar los centros para obtener una cuantía este curso de 12.500 euros cada uno y configurar los centros para lograr espacios más seguros generando cultura medioambiental. La mayoría de colegios e institutos invertirán el dinero en adquirir mesas, sillas y pizarras para instalarlas en la zona exterior de los recintos escolares y poder dar clases al aire libre. Además, los medidores de dióxido de carbono y los purificadores de aire, como complemento a la ventilación natural que deben mantener las aulas, será otra de las inversiones mayoritarias.

En el colegio Nuestra Señora de los Dolores de Cartagena, el centro cuyo plan de trabajo fue el mejor calificado en la convocatoria del programa, tienen claro en qué van a invertir el dinero. Su directora María Victoria Martínez adelanta que con el presupuesto se comprarán nuevos toldos para el patio donde poder crear nuevas zonas de sombraje. «Era nuestro principal caballo de batalla y creemos que con esto vamos a lograr un mejor entorno ambiental». El centro quiere adquirir también mascarillas para los alumnos y alfombrillas donde poder sentarse los escolares en el patio. Además, apostará por una de las iniciativas que más está triunfando en los centros educativos para reducir la contaminación acústica: los semáforos del silencio para medir el nivel de ruido dentro y fuera de los centros.

El pediatra Juan Antonio Ortega, jefe de la Unidad de Salud Medioambiental de la Arrixaca y coordinador del programa, se muestra muy satisfecho con el resultado del proyecto y con que 110 centros reciban un dinero para fomentar actividades escolares saludables, entornos seguros contra la covid y también contra la contaminación del aire o por ruido.

«Vamos a crear guardianes medioambientales en los centros. Muchos colegios ya están desarrollando actividades al aire libre y ahora van a plantar setos para protegerse del ruido, construir ecohuertos, comprar materiales para dar la docencia al aire libre, crear proyectos que fomenten ir caminando o en bici al colegio, comprar sensores de CO2, sensores de contaminación atmosférica, sonómetros, semáforos del ruido...», detalla el doctor, a quien los centros agradecen haber impulsado junto a la Consejería un programa que ha generado «ilusión» en mitad de un curso tocado por la pandemia.

En la pedanía murciana de La Ñora, al colegio Nuestra Señora del Paso le pilló «por sorpresa» la convocatoria y no quisieron dejar pasar la oportunidad de planificar un proyecto que mejorase de cara a la segunda evaluación del centro. El director Andrés Pascual Garrido señala que comprarán mesas de madera para dar clases al aire libre, construirán barreras vegetales para frenar la contaminación atmosférica y acústica que provenga del exterior y quieren instalar refugios de murciélagos y una charca para ranas para controlar la población de mosquitos.

En el centro Federico de Arce de Murcia, su director Rubén Escavy plantea instalar en el patio del colegio las suficientes mesas y sillas para sacar al aire libre un total de tres o cuatro clases. Espera que los centros puedan tener preparado todo antes de comenzar la segunda evaluación del curso en enero, ya que el dinero será enviado a los colegios e institutos este mes de diciembre. Estos centros esperan que para futuros cursos se mantenga este programa para seguir fomentando la educación ambiental.

Muchos de los cambios que los centros educativos han llevado a cabo este curso para adaptarse a las circunstancias de la pandemia no necesariamente tendrán que desaparecer una vez remita el coronavirus. La directora del colegio Nuestra Señora de los Dolores de Cartagena, María Victoria Martínez, señala que la pandemia «nos ha abierto una puerta y muchos de los cambios que hemos hecho llegan para quedarse». Pone como ejemplo los distintos círculos de separación para alumnos que han colocado en el patio de su centro: «Hemos logrado que no existan problemas entre los escolares». El centro también ha dejado permanentemente las puertas abiertas en el edificio para lograr una mejor ventilación: «Creíamos que los niños se nos iban a escapar de un aula a otra pero han estado muy concienciados».

Lo que plantea el programa Aire Limpio también son cambios que potencian la salud ambiental en los menores y que, como señala el director Andrés Pascual Garrido, aunque implementen recursos en el centro para mejorar el entorno, «van a durar años». Además, quieren implicar a la Junta Municipal de La Ñora y el Ayuntamiento de Murcia para que se mejore la conectividad con el centro construyendo carriles bicis o los accesos a pie.

En el caso del colegio de Cartagena, su directora también quiere que instituciones como el Ayuntamiento de Cartagena se implique en estas mejoras aumentando el arbolado del centro educativo.