Murcia ya brilla por las noches, aunque, aún con el toque de queda vigente, a partir de las once no quede nadie que pueda contemplar las luces que cuelgan de sus calles principales. En los escaparates de la Gran Vía, muchos comercios ya muestran artículos típicos de las fiestas, pero, en el año del coronavirus, el espíritu navideño no termina de despegar.

«La Navidad es una época asociada a la alegría que conlleva los encuentros familiares y con los amigos, pero vivida con tristeza tras las pérdidas cercanas de los seres queridos. Y en estas fechas va a haber más ciudadanos que se van a tener que enfrentar a estas fiestas señaladas de encuentros con el hueco que deja la pérdida de un ser querido», explica Mª José Catalán, decana del Colegio de Psicólogos de Murcia.

En este sentido, detalla que el sufrimiento emocional se incrementa «en las circunstancias en las que hemos tenido que vivir esa pérdida, en la que el duelo que acompaña la muerte no ha podido ser elaborado en el marco de las necesidades psicológicas que una despedida requiere, y sin el apoyo y acompañamiento de las personas cercanas afectivamente». Ahora, con la Navidad a la vuelta de la esquina, «nos vamos a encontrar en un entorno navideño en el que las personas que están atravesando este duelo tampoco van a poder contar con la calidez que suelen acompañar estas fechas», apunta Catalán.

Es consciente la experta de que «ante una situación como la que estamos viviendo, a lo primero que se le presta atención sin duda es a la salud física, y de manera paralela a la cobertura de las necesidades primarias, quedando inicialmente las necesidades emocionales en un segundo plano».

«Pero ya tuvimos ocasión de ver cómo ese sufrimiento emocional se ponía de manifiesto en la primera ola, y está continuando actualmente», hace hincapié la decana de los psicólogos.

A este respecto, destaca que «nuestros colegiados nos están trasladando el incremento de consultas que están recibiendo como consecuencia de lo que estamos viviendo, pero también estamos viendo cómo una parte importante de la población no está recibiendo la atención psicológica que necesita, porque no tiene recursos económicos para poder acudir a tratamiento en el ámbito privado, y no hay recursos públicos que sostengan de manera adecuada la atención psicológica en la Región ».

«El Colegio de Psicología de la Región de Murcia lleva tiempo insistiendo en la necesidad de reforzar la atención psicológica en la red de salud mental, pero igualmente estamos denunciando la escasa presencia de psicólogos en la red de Servicios Sociales, no pudiendo por tanto atender las demandas y necesidades psicológicas que tantos colectivos presentan, especialmente los más vulnerables», sentencia la experta.

«Siguiendo los datos que nos aporta la OMS la fatiga emocional derivada de la pandemia ha afectado al 60% de la población europea, dado que nos estamos enfrentando a una adversidad que está siendo sostenida a lo largo de mucho tiempo», manifiesta.

"Rumiar sobre todo lo que no podemos hacer aumentará la frustración"

Apunta Mª José Catalán, decana del Colegio de Psicólogos de Murcia, que «la población ya tiene un cansancio acumulado» por las restricciones de la covid» y la inminente Navidad «supone una nueva etapa que suele asociarse a fiesta y encuentros y que en esta ocasión tenemos que ser conscientes de que no va a poder desarrollarse en los mismos parámetros en los que estamos acostumbrados a celebrarla».

«Por ello es importante que vayamos planificando una Navidad diferente, que pensemos en actividades distintas que nos resulten gratificantes, buscar pequeñas cosas con las que nos encontremos bien, y evitar rumiar sobre todas aquellas fiestas y encuentros que no vamos a poder llevar a cabo, ya que ello nos va a llevar a aumentar nuestra irritación y frustración, y a incumplir las recomendaciones que de nuevo provocarán mayores limitaciones y sufrimiento», aconseja la decana de los psicólogos. Reitera que «hay que prepararse de manera diferente para tener unos días festivos distintos, pero en los que podamos relajarnos y disfrutar de pequeñas cosas».

«Sin duda la situación que estamos viviendo está dejando huella en la población en el plano psicológico, y se habla de que la tercera ola de la pandemia va a ser psicológica, por la afectación de la salud mental», especifica.

Asimismo, «las restricciones en la movilidad, en las salidas, en los viajes, en los contactos sociales y familiares está generando dificultades emocionales. Se está hablando ya de fatiga pandémica, ya que las restricciones que se pensaban iban a tener una limitación temporal se están prolongando en el tiempo, y la esperanza de que cambie la situación en un espacio cercano es limitada».