El responsable de Looije destacó el proyecto de los invernaderos inteligentes, cuya primera etapa comenzó en 2012, con la creación de un panel de catadores especializado «para ser capaces de hacer una descripción profesional tras una cata a ciegas». Tras unos años, Looije se propuso automatizar con parámetros medibles en laboratorio el proceso de calidad, «de forma que la medición pudiese predecir el sabor que dictaminaría el panel de catadores». La tercera fase consistió en intervenir el proceso para controlar hasta sus más mínimos detalles (temperatura, humedad, riegos de drenaje, personal) mediante herramientas de inteligencia artificial para conseguir el resultado deseado.

En cuanto a Kettle, su responsable habló de las mejoras que en los últimos años han logrado en eficiencia energética, la construcción de las nuevas cámaras de amoniaco para contaminar menos y reducir costes, avances en «la investigación varietal práctica». También destacó un proyecto para automatizar máquinas de recolección con inteligencia artificial «y estamos introduciendo máquinas que se aproximan a la robotización para, por ejemplo, la selección de producto en el almacén».

Otras de las áreas donde Kettle está trabajando de una forma intensa es en el aprovechamiento y reutilización de las aguas fluviales. Además, son partícipes, junto a Proexport, de un grupo operativo para el uso de un plástico biodegradable y compostable.