El mal comportamiento de unos padres ha vuelto a provocar otra mancha negra en los centros educativos de San Javier en su lucha por mantener unas aulas seguras frente al coronavirus. El departamento de Salud Pública de la Comunidad va a abrir un expediente sancionador a dos padres de un menor escolarizado en el colegio Fulgencio Ruiz de la pedanía sanjaviereña de Santiago de la Ribera por ocultar al centro la prueba PCR que realizaron a su hijo y tras la cual, volvieron a dejar al alumno en el comedor del centro junto a sus compañeros. Finalmente dicha prueba dio positivo y el menor había asistido al centro estando contagiado.

La alerta en el centro saltó el lunes pasado por la mañana cuando el menor, que regresaba de realizarse una prueba PCR tras recogerlo sus padres del colegio, asistió más tarde al comedor, donde confesó a una monitora que le habían realizado dicha prueba de detección de la Covid-19. El equipo directivo se puso en contacto con los padres, que negaron tajantemente que el menor se hubiera sometido a una prueba PCR y que esa misma mañana habían tenido que recogerlo dado que tenía cita con el pediatra.

No fue hasta el día siguiente cuando los padres volvieron a recoger al menor alegando que tenía que regresar a una consulta con el pediatra dado que debían hacerle más pruebas, pero que en ningún momento, según justificaron, se trataba de asuntos clínicos relacionados con el coronavirus. Esa misma mañana, tras estar el menor durante un tiempo en su clase de Primaria con los compañeros hasta que fue recogido, los servicios de prevención de riesgos laborales de la Consejería de Educación, que habían sido avisados por Salud Pública de que el menor había dado positivo, lo comunicaron a su vez al equipo directivo.

En ese momento, la dirección del colegio Fulgencio Ruiz trata de ponerse en contacto con los padres, pero resulta imposible. Dichos padres habían llevado al comedor y a clase a su hijo ocultando al centro que se le había realizado una prueba PCR al menor, prueba que resultó ser positiva. Es por ello que Salud Pública, cuando reciba toda la información correspondiente al caso desde la Consejería de Educación, abrirá un expediente sancionador a los padres.

Las consecuencias que ha tenido la acción de los padres es el aislamiento decretado para los compañeros del hijo que le acompañaban en su grupo burbuja del comedor, así como a los contactos estrechos de su aula de Primaria.